Página 64 - La

Basic HTML Version

60
La Única Esperanza
Los discípulos se sentían ahora avergonzados de sus celos y
egoísmo y sus corazones se llenaron de amor por su Señor y por los
demás. Ahora podían prestar oído a la enseñanza de Cristo.
Mientras estaban quietos en torno a la mesa, Jesús tomó el pan,
y habiendo dado gracias, lo partió, y les dio diciendo: “Esto es mi
[90]
cuerpo, que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí.
“De igual manera, después de haber cenado, tomó la copa, di-
ciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros
se derrama”.
Lucas 22:19, 20
.
La Biblia dice: “Así pues, todas las veces que comáis este pan y
bebáis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga”.
1 Corintios 11:26
.
El pan y el mosto representan el cuerpo y la sangre de Cristo. Así
como el pan fue quebrado, y el vino vertido, sobre la cruz el cuerpo
de Cristo fue quebrantado y su sangre derramada para salvarnos.
De manera que al comer el pan y beber el vino, expresamos que
creemos en esto, que nos arrepentimos de nuestros pecados y que
recibimos a Cristo como nuestro Salvador.
“¿Soy yo, señor?”
Cuando se sentaron de nuevo a la mesa con Jesús, vieron que
todavía estaba profundamente angustiado. Una nube de tristeza se
posó sobre todos ellos y quedaron en silencio.
Por fin Jesús habló y dijo: “De cierto os digo, que uno de vosotros
me ha de entregar”.
Los discípulos estaban afligidos y sorprendidos al oír estas pa-
labras. Cada uno empezó a investigar su corazón para ver si había
alguna sombra de pensamiento negativo contra su Maestro.
Uno tras otro preguntó: “¿Soy yo, Señor?”
Judas fue el único que permaneció silencioso. Esto atrajo las
[91]
miradas de todos hacia él. Cuando vio que era observado, pregunto:
“¿Soy yo, Maestro?”
Jesús le respondió con voz solemne: “Tú lo has dicho”.
Mateo
26:21, 22, 25
.
Jesús había lavado los pies de Judas, pero este acto no lo hizo
amar al Salvador más que antes. Al contrario, se enojó porque Cristo