Página 106 - La Verdad acerca de los Angeles (1997)

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La Verdad acerca de los Angeles
Frente al rey Acab y a los falsos profetas, y rodeado por las
huestes congregadas de Israel, estaba Elías de pie, el único que se
había presentado para vindicar el nombre de Jehová. Aquel a quien
todo el reino culpaba de su desgracia se encontraba ahora delante de
ellos, aparentemente indefenso en presencia del monarca de Israel,
de los profetas de Baal, los hombres de guerra y los millares que
le rodeaban. Pero Elías no estaba solo. Sobre él y en derredor de él
estaban las huestes del cielo que le protegían, ángeles excelsos en
fortaleza.—
La Historia de Profetas y Reyes, 107
.
A plena luz del día, y rodeado por miles—hombres de guerra,
profetas de Baal y el mismo monarca de Israel—, permanece el in-
defenso Elías, aparentemente solo; pero no lo está. La más poderosa
hueste de ángeles lo rodea; ángeles que exceden en fortaleza han
venido del cielo para proteger al fiel y justo profeta. Con voz firme y
decidida pregunta: “¿Hasta cuándo claudicaréis vosotros entre dos
pensamientos? Si Jehová es Dios, seguidle; y si Baal, id en pos de
él. Y el pueblo no respondió palabra”.
1 Reyes 18:21
.—
Testimonies
for the Church 3:280
.
En el Carmelo, mientras Israel dudaba y vacilaba, la voz de Elías
[136]
rompió nuevamente el silencio: “Sólo yo he quedado profeta de
Jehová; mas de los profetas de Baal hay cuatrocientos cincuenta
hombres. Dénsenos, pues, dos bueyes, y escojan ellos uno, y córtenlo
en pedazos, y pónganlo sobre leña, pero no pongan fuego debajo;
y yo prepararé el otro buey, y lo pondré sobre leña, y ningún fuego
pondré debajo. Invocad luego vosotros el nombre de vuestros dioses,
y yo invocaré el nombre de Jehová; y el Dios que respondiere por
medio del fuego, ése sea Dios”.
1 Reyes 18:22-24
.—
La Historia de
Profetas y Reyes, 109
.
Cuán gozosamente Satanás, aquel que cayó como rayo del cielo,
hubiera venido en auxilio de los que había engañado y controlado sus
mentes, y quienes ahora estaban plenamente dedicados a su servicio.
Con gusto hubiera enviado un rayo del cielo para encender sus
sacrificios. Pero Dios había puesto límites a Satanás y restringido su
poder. A pesar de todas sus estratagemas, no pudo enviar ni una sola
chispa al altar de Baal.—
The Review and Herald, 30 de septiembre
de 1873
.
¿Desamparó Dios a Elías en la hora de prueba? ¡Oh, no! Amaba
a su siervo, tanto cuando Elías se sentía abandonado de Dios y de los