Página 117 - La Verdad acerca de los Angeles (1997)

Basic HTML Version

Los ángeles desde el cautiverio hasta Juan el Bautista
113
corazón estaba apesadumbrado, se esforzó por conducirse animo-
samente en la presencia real. En aquellas salas adornadas con lujo
[150]
y esplendor, todos debían aparentar alegría y felicidad. La angustia
no debía echar una sombra sobre el rostro de ningún acompañante
de la realeza. Pero mientras Nehemías se hallaba retraído, oculto
de los ojos humanos, muchas eran las oraciones, las confesiones y
las lágrimas que Dios y los ángeles oían y veían.—
La Historia de
Profetas y Reyes, 465
.
Las visiones de Zacarías
“Alcé después mis ojos y miré”—dice Zacarías—, “y he aquí
un varón que tenía en su mano un cordel de medir. Y le dije: ¿A
dónde vas? Y él me respondió: A medir a Jerusalén, para ver cuánta
es su anchura, y cuánta su longitud. Y he aquí, salía aquel ángel que
hablaba conmigo, y otro ángel le salió al encuentro, y le dijo: Corre,
habla a este joven, diciendo: Sin muros será habitada Jerusalén, a
causa de la multitud de hombres y de ganado en medio de ella. Yo
seré para ella, dice Jehová, muro de fuego en derredor, y para gloria
estaré en medio de ella”.
Zacarías 2:1-5
.—
The Review and Herald,
26 de diciembre de 1907
.
La visión de Josué y el ángel
La escena de Satanás como acusador fue presentada delante
del profeta. “Me mostró al sumo sacerdote Josué, el cual estaba
delante del ángel de Jehová, y Satanás estaba a su mano derecha
para acusarle”.
Zacarías 3:1
.—
The Review and Herald, 22 de agosto
de 1893
.
En la profecía de Zacarías se nos da una muy vigorosa e impre-
sionante ilustración de la obra de Satanás y de la de Cristo, y del
poder de nuestro Mediador para vencer al acusador de su pueblo.
[151]
En santa visión, el profeta contempla a Josué, el sumo sacerdote,
“vestido de vestiduras viles”, de pie “delante del ángel” (
Zacarías
3:3
), suplicando la misericordia de Dios en favor de su pueblo pro-
fundamente afligido. Satanás está a su diestra para resistirle.
Por haber sido elegido Israel para conservar el conocimiento de
Dios en la tierra, había sido, desde el mismo principio de su exis-