Página 121 - La Verdad acerca de los Angeles (1997)

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Los ángeles desde el cautiverio hasta Juan el Bautista
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El padre de Juan el Bautista
Zacarías habitaba en “la región montañosa de Judea”, pero había
subido a Jerusalén para servir en el templo durante una semana,
según se requería dos veces al año de los sacerdotes de cada turno...
Estaba de pie delante del altar de oro en el lugar santo del san-
tuario... De repente, sintió una presencia divina. Un ángel del Señor
estaba “en pie a la derecha del altar”. La posición del ángel era
una indicación de favor, pero Zacarías no se fijó en esto. Durante
muchos años, Zacarías había orado por la venida del Redentor; y
ahora el cielo le había mandado su mensajero para anunciarle que
sus oraciones iban a ser contestadas; pero la misericordia de Dios
le parecía demasiado grande para creer en ella. Se sentía lleno de
temor y condenación propia.
Pero fue saludado con la gozosa seguridad: “Zacarías, no temas;
porque tu oración ha sido oída, y tu mujer Elisabet te dará a luz
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un hijo, y llamarás su nombre Juan... Dijo Zacarías al ángel: ¿En
qué conoceré esto? Porque yo soy viejo, y mi mujer es de edad
avanzada”...
A la pregunta de Zacarías, el ángel respondió: “Yo soy Gabriel,
que estoy delante de Dios; y he sido enviado a hablarte, y darte las
buenas nuevas”.
Lucas 1:11-19
. Quinientos años antes, Gabriel había
dado a conocer a Daniel el período profético que había de extenderse
hasta la venida de Cristo. El conocimiento de que el fin de este perío-
do se acercaba, había inducido a Zacarías a orar por el advenimiento
del Mesías. Y he aquí que el mismo mensajero por quien fuera dada
la profecía había venido a anunciar su cumplimiento.
Las palabras del ángel: “Yo soy Gabriel, que estoy delante de
Dios”, demuestran que ocupa un puesto de alto honor en los atrios
celestiales. Cuando fue a Daniel con un mensaje, dijo: “Ninguno me
ayuda contra ellos, sino Miguel vuestro príncipe”.
Daniel 10:21
. El
Salvador habla de Gabriel en el Apocalipsis diciendo que “la declaró
enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan”.
Apocalipsis
1:1
. Y a Juan, el ángel declaró: “Yo soy consiervo tuyo, y de tus
hermanos los profetas”.
Apocalipsis 22:9
. ¡Admirable pensamiento,
que el ángel que sigue en honor al Hijo de Dios es el escogido para
revelar los propósitos de Dios a los hombres pecaminosos!—
El
Deseado de Todas las Gentes, 72-74
.