Página 133 - La Verdad acerca de los Angeles (1997)

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Capítulo 14—Los ángeles en el bautismo de Cristo y
durante su experiencia en el desierto
El bautismo de Cristo
Cuando Jesús vino para ser bautizado, Juan reconoció en él una
pureza de carácter que nunca había percibido en nadie... Cuando
Jesús pidió el bautismo, Juan quiso negárselo, exclamando: “Yo
necesito ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí?” Con firme aunque
suave autoridad, Jesús contestó: “Deja ahora; porque así conviene
que cumplamos toda justicia”. Y Juan, cediendo, condujo al Salva-
dor al agua del Jordán y le sepultó en ella. “Y Jesús, después que
fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí los cielos le fueron
abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y
venía sobre él”.
Mateo 3:13-16
.—
El Deseado de Todas las Gentes,
84-85
.
Angeles celestiales miraban con intenso interés la escena del
bautismo del Salvador. Si los ojos de aquellos que lo presenciaban
hubiesen sido abiertos, podrían haber visto la hueste angelical ro-
deando al Hijo de Dios cuando éste se arrodilló en las orillas del
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Jordán.—
The Youth’s Instructor, 23 de junio de 1892
.
La mirada del Salvador parece penetrar el cielo mientras vuelca
los anhelos de su alma en oración. Bien sabe él cómo el pecado
endureció los corazones de los hombres, y cuán difícil les será
discernir su misión y aceptar el don de la salvación. Intercede ante
el Padre a fin de obtener poder para vencer su incredulidad, para
romper las ligaduras con que Satanás los encadenó, y para vencer
en su favor al destructor. Pide el testimonio de que Dios acepta la
humanidad en la persona de su Hijo.
Nunca antes habían escuchado los ángeles semejante oración.
Ellos anhelaban llevar a su amado Comandante un mensaje de se-
guridad y consuelo. Pero no; el Padre mismo contestará la petición
de su Hijo. Salen directamente del trono los rayos de su gloria. Los
cielos se abren, y sobre la cabeza del Salvador desciende una for-
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