Página 134 - La Verdad acerca de los Angeles (1997)

Basic HTML Version

130
La Verdad acerca de los Angeles
ma de paloma de la luz más pura, emblema adecuado del Manso y
Humilde...
El pueblo se quedó mirando silenciosamente a Cristo. Su persona
estaba bañada de la luz que rodea siempre el trono de Dios. Su rostro
dirigido hacia arriba estaba glorificado como nunca antes habían
visto ningún rostro humano. De los cielos abiertos, se oyó una voz
que decía: “Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia”.
Mateo 3:17
.—
El Deseado de Todas las Gentes, 86
.
El Señor había prometido dar a Juan una señal para que pudiese
saber quién era el Mesías. Ahora, al salir Jesús del agua, la señal
prometida fue dada; vio los cielos abiertos, y al Espíritu de Dios,
como una paloma de oro bruñido sobrevolando sobre Cristo. Enton-
ces, una voz del cielo dijo: “Este es mi Hijo amado en quien tengo
[175]
complacencia”.—
The Youth’s Instructor, 23 de junio de 1892
.
Entre la vasta muchedumbre que estaba congregada a orillas del
Jordán, pocos, además de Juan, discernieron la visión celestial.—
El
Deseado de Todas las Gentes, 86
.
En ocasión del bautismo del Salvador, Satanás se hallaba entre
los testigos. Vio la gloria del Padre que descansaba sobre su Hi-
jo. Oyó la voz de Jehová atestiguar la divinidad de Jesús. Desde
el pecado de Adán, la especie humana había estado privada de la
comunión directa con Dios; el trato entre el cielo y la tierra se había
realizado por medio de Cristo; pero ahora que Jesús había venido
“en semejanza de carne de pecado” (
Romanos 8:3
), el Padre mismo
habló. Antes se había comunicado con la humanidad
por medio de
Cristo; ahora se comunicaba con la humanidad
en
Cristo. Satanás
había esperado que el aborrecimiento que Dios siente hacia el mal
produjera una eterna separación entre el cielo y la tierra. Pero aho-
ra era evidente que la relación entre Dios y el hombre había sido
restaurada.—
El Deseado de Todas las Gentes, 90-91
.
Satanás podía discernir detrás de la humanidad de Cristo, la
gloria y la pureza de Aquel con quien había estado asociado en
las cortes celestiales. La escena de lo que él mismo había sido:
un querubín cubridor lleno de belleza y santidad, pasó delante de
él.—
Bible Echo and Signs of the Times, 23 de julio de 1900
.