Los ángeles desde el Pentecostés hasta los últimos días
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extinguiría la secta de los saduceos.—
Los Hechos de los Apóstoles,
64-65
.
Algunos de los oficiales del templo y el jefe de la guardia eran
saduceos. El jefe, con la ayuda de otros saduceos, arrestó a los dos
apóstoles y los puso en prisión, ya que era muy tarde para que sus
casos fuesen examinados esa noche.—
The Spirit of Prophecy 3:278
.
Satanás parecía triunfar y los ángeles malignos lo celebraban;
pero los ángeles de Dios fueron enviados a abrir las puertas de la
prisión. Contrariamente a la orden del sumo sacerdote y los ancianos,
los ángeles les ordenaron volver al templo y continuar hablando
palabras de vida.—
Spiritual Gifts 1:83-84
.
[231]
Entretanto, el príncipe de los sacerdotes y los que estaban con él
“convocaron al concilio y a todos los ancianos de los hijos de Israel”.
Hechos 5:21
. Los sacerdotes y magistrados decidieron acusar a los
discípulos de insurrección, de haber asesinado a Ananías y Safira, y
de conspirar para desposeer a los sacerdotes de su autoridad...
Cuando enviaron por los presos para que comparecieran ante
su presencia, grande fue el asombro general al recibirse la noticia
de que se habían hallado las puertas de la cárcel cerradas con toda
seguridad y a los guardias delante de ellas, pero que los presos no
aparecían por ninguna parte.
Pronto llegó este sorprendente informe: “He aquí los varones
que pusisteis en la cárcel están en el templo, y enseñan al pueblo.
Entonces fue el jefe de la guardia con los alguaciles, y los trajo sin
violencia, porque temían ser apedreados por el pueblo”...
Al presentarse [Pedro y Juan] por segunda vez ante los hombres
que parecían resueltos a destruirlos, no se advirtió señal alguna de
temor ni vacilación en sus palabras o actitud. Y cuando el pontífice
les dijo: “¿No os mandamos estrictamente que no enseñaseis en ese
nombre? Y ahora habéis llenado a Jerusalén de vuestra doctrina, y
queréis echar sobre nosotros la sangre de ese hombre”, Pedro respon-
dió: “Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres”.
Hechos
5:25-29
. Un ángel del cielo los había librado de la cárcel ordenán-
doles que enseñaran en el templo.—
Los Hechos de los Apóstoles,
66-67
.
Aquellos criminales se enfurecieron. Deseaban empapar sus ma-
nos de sangre otra vez, matando a los apóstoles. Mientras planeaban
cómo hacerlo, un ángel fue enviado a impresionar el corazón de
[232]