Los ángeles desde el Pentecostés hasta los últimos días
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debía decirle acerca del Salvador crucificado y resucitado. En su
sabiduría, el Señor trae a aquellos que buscan la verdad, y los conecta
con otros seres humanos que la conocen.—
The Review and Herald,
6 de abril de 1911
.
Inmediatamente después de su entrevista con Cornelio, el ángel
fue a buscar a Pedro, que en ese momento estaba orando en la azotea
de su alojamiento en Jope.—
The Review and Herald, 13 de abril de
1911
.
Fue con cierta renuencia que Pedro aceptó la orden divina. Al
relatar su experiencia, no defendió su actuación basándose en princi-
pios generales, sino en una excepción, debido a la revelación divina
que había recibido. Y el resultado lo sorprendió. Cuando Cornelio le
relató su propia experiencia, incluyendo las palabras del ángel que le
había aparecido en visión, Pedro declaró: “En verdad comprendo que
Dios no hace acepción de personas, sino que en toda nación se agra-
da del que le teme y hace justicia”.
Hechos 10:34-35
.—
Manuscript
Releases 6:328-329
.
Pedro librado de la prisión
El día de la ejecución de Pedro había sido finalmente decidido;
pero aun así, las oraciones de los creyentes ascendían a los cielos.
Y mientras ellos ocupaban todas sus energías y sentimientos en
fervientes apelaciones, los ángeles de Dios vigilaban al aprisionado
apóstol... Pedro había sido colocado entre dos soldados, aprisionado
con dos cadenas, cada una de las cuales estaba sujeta a la cintura de
uno de sus guardias. Era imposible que se moviera sin que ellos se
diesen cuenta. Las puertas de la prisión estaban firmemente asegura-
das, y otros guardias las custodiaban. Humanamente hablando, las
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posibilidades de escape o rescate, eran nulas.—
Redemption Series
7:70
.
[Pedro] se hallaba en la cárcel, esperando ser llevado a la muerte
al día siguiente; estaba durmiendo de noche “entre dos soldados,
sujeto con dos cadenas, y los guardas delante de la puerta custodia-
ban la cárcel. Y he aquí que se presentó un ángel del Señor, y una
luz resplandeció en la cárcel; y tocando a Pedro en el costado, le
despertó, diciendo: Levántate pronto. Y las cadenas se le cayeron de
las manos”.