Página 183 - La Verdad acerca de los Angeles (1997)

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Los ángeles desde el Pentecostés hasta los últimos días
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comunicación es llamada espiritismo, y no todo lo que practican los
médiums es prestidigitación, astucia y engaño. El mundo visible y el
invisible están en comunicación. Satanás es el engañador maestro, y
entrena a los que están confederados con él para obrar en las mismas
líneas en las que él obra. El apóstol dice: “Porque no tenemos lucha
contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades,
contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes
espirituales de maldad en las regiones celestes. Por tanto, tomad
toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo”.
Efesios 6:12-13
.—
The Youth’s Instructor, 16 de noviembre de 1893
.
Este anciano prisionero [Pablo], encadenado al soldado que lo
vigilaba, no presentaba en su apariencia o su vestimenta, algo que
llamara la atención del mundo para brindarle honores. Sin embargo,
este hombre sin riquezas ni posición, y aparentemente sin amigos,
tenía una escolta que los mundanos no podían ver. Angeles del cielo
le asistían. Si la gloria de uno de estos refulgentes mensajeros se
hubiera hecho visible, la pompa y el orgullo de la realeza hubiese
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palidecido. Reyes y cortesanos hubieran sido postrados en tierra...
Todo el cielo estaba interesado en este solo hombre que ahora era un
prisionero por causa de su fe en el Hijo de Dios.—
Sketches From
the Life of Paul, 254
.
El sitio de Jerusalén
La paciencia de Dios hacia Jerusalén, sólo confirmó a los ju-
díos en su obstinada impenitencia. En su odio y crueldad hacia los
discípulos de Cristo, rechazaron su última oferta de misericordia.
Entonces, Dios apartó de ellos su protección. Al retirar el poder
restrictivo sobre Satanás y sus ángeles, la nación quedó bajo el con-
trol del caudillo que ellos mismos habían elegido. El pueblo había
despreciado la gracia de Cristo, único medio de subyugar sus malos
impulsos, y ahora éstos eran sus conquistadores.
Satanás despertó en ellos las más fieras y bajas pasiones del alma;
no razonaban, porque habían sobrepasado los límites de la razón.
Eran controlados por impulsos y ciega ira; su crueldad era satánica...
Satanás se colocó a la cabeza de la nación, y las autoridades civiles
y religiosas quedaron bajo su mandato.—
The Spirit of Prophecy
4:29-30
.