Página 196 - La Verdad acerca de los Angeles (1997)

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La Verdad acerca de los Angeles
Y la respuesta fue: “Son parte de la familia a la que estáis
visitando. El adversario de las almas, el gran enemigo de Dios y el
hombre, el jefe de los principados y potestades, y gobernador de las
tinieblas de este mundo, está presidiendo aquí esta noche. Satanás
y sus ángeles están presentando sus tentaciones y llevando a estas
pobres almas a su propia ruina”.—
Selected Messages 3:41-42
.
La señal secreta del Hno. Faulkhead
El Hno. Faulkhead llamó para verme. Su caso estaba en mi
mente. Le dije que tenía un mensaje para él y su esposa, que lo había
preparado para enviárselo en varias ocasiones, pero que el Espíritu
Santo me había ordenado no hacerlo. Le dije que debíamos fijar una
hora para encontrarnos. El comentó: “Me alegro que no me haya
enviado una comunicación escrita; prefiero recibirla de sus labios,
pues si me llegara de otra manera, pienso que no me haría ningún
bien”. Entonces preguntó: “¿Por qué no me da el mensaje ahora?”
Le dije: “¿Puede quedarse para escucharlo?” Me dijo que podía
hacerlo.
Yo estaba muy cansada debido a que ese día había participado de
los actos de graduación del colegio. Me levanté de la cama en la que
estaba descansando y por tres horas le leí mi testimonio. Su corazón
se conmovía y había lágrimas en sus ojos. Cuando finalicé la lectura,
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dijo: “Acepto cada palabra; todo se refiere a mí”. La mayor parte
de lo que había leído se refería al manejo de la oficina publicadora
desde su comienzo. Pero también el Señor me había revelado que
este hermano tenía relación con la masonería. Claramente le dije
que a menos que cortase todo lazo con esas asociaciones, perdería
su alma.
El dijo: “Acepto la luz que el Señor me ha enviado por su in-
termedio. Soy miembro de cinco logias, y las finanzas de otras tres
están bajo mi responsabilidad. Dejaré de asistir a sus reuniones y
cortaré mi relación financiera con ellos tan pronto como me sea po-
sible”. Le repetí las palabras dichas por mi instructor con referencia
a estas asociaciones, mientras le mostraba un cierto movimiento o
señal que había sido hecho por mi guía.
El Hno. Faulkhead comentó posteriormente con el pastor Da-
niells y otros, que la señal que yo había hecho era conocida sólo