Página 208 - La Verdad acerca de los Angeles (1997)

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La Verdad acerca de los Angeles
habrá rechazado su misericordia, despreciado su amor, y pisoteado
su ley. Los malvados habrán sobrepasado los límites de la gracia;
el Señor les retirará su protección y serán dejados al control del
dirigente que han elegido...
El acto capital que coronará el gran drama del engaño será que
el mismo Satanás se dará por el Cristo. Hace mucho que la iglesia
profesa esperar el advenimiento del Salvador como consumación de
sus esperanzas. Pues bien, el gran engañador simulará que Cristo
habrá venido. En varias partes de la tierra, Satanás se manifestará
a los hombres como ser majestuoso, de un brillo deslumbrador,
parecido a la descripción que del Hijo de Dios da San Juan en el
Apocalipsis.
Apocalipsis 1:13-15
. La gloria que le rodee superará
cuanto hayan visto los ojos de los mortales. El grito de triunfo
repercutirá por los aires: “¡Cristo ha venido! ¡Cristo ha venido!”
[278]
El pueblo se postrará en adoración ante él, mientras levanta sus
manos y pronuncia una bendición sobre ellos como Cristo bende-
cía a sus discípulos cuando estaba en la tierra. Su voz es suave y
acompasada aunque llena de melodía. En tono amable y compasivo,
enuncia algunas de las verdades celestiales y llenas de gracia que
pronunciaba el Salvador; cura las dolencias del pueblo, y luego, en
su fementido carácter de Cristo, asegura haber mudado el día de
reposo del sábado al domingo y manda a todos que santifiquen el día
bendecido por él. Declara que aquellos que persisten en santificar
el séptimo día blasfeman su nombre porque se niegan a oír a sus
ángeles, que les fueron enviados con la luz de la verdad. Es el engaño
más poderoso y resulta casi irresistible.—
The Spirit of Prophecy
4:441-442
;
Seguridad y Paz en el Conflicto de los Siglos, 682
.
Satanás ve que está por perder su caso. No puede arrastrar al
mundo entero tras sí. Hace un último esfuerzo desesperado para
vencer a los fieles mediante el engaño. Lo hace personificando a
Cristo. Se viste con los mantos de la realeza que han sido descritos
en forma precisa en la visión de Juan. Tiene poder para hacerlo.
Aparecerá ante sus engañados seguidores—el mundo cristiano que
no recibió el amor de la verdad sino que tuvo placer en la injusticia—
como Cristo viniendo por segunda vez.
Se proclama a sí mismo como Cristo, y la gente cree que es
Cristo, un ser hermoso, majestuoso, vestido con esplendor, con voz
suave y palabras agradables, con una gloria que no ha sido sobre-