Página 217 - La Verdad acerca de los Angeles (1997)

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Los ángeles en el más allá
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el cielo con la familia humana, si hubiera demostrado obediencia a
cada palabra divina. Adán había de ser probado para ver si iba a ser
obediente, como los ángeles leales, o desobediente.—
Comentario
Bíblico Adventista 1:1096
.
Los sentimientos de amor y simpatía que el mismo Dios implantó
en el alma, se desahogarán del modo más completo y más dulce. El
trato puro con seres santos, la vida social y armoniosa con los ángeles
bienaventurados y con los fieles de todas las edades que lavaron
sus vestiduras y las emblanquecieron en la sangre del Cordero, los
lazos sagrados que unen a “toda familia en los cielos y en la tierra”
(
Efesios 3:15
), todo eso constituye la dicha de los redimidos.—
Seguridad y Paz en el Conflicto de los Siglos, 735-736
.
[292]
El juicio durante el milenio
Durante los mil años que transcurrirán entre la primera y la
segunda resurrección, se realizará el juicio de los malos. Daniel
declara que cuando vino el Anciano de días, “se dio el juicio a los
santos del Altísimo”.
Daniel 7:22
. Durante ese tiempo, los justos
reinarán como reyes y sacerdotes ante Dios. Juan en Apocalipsis,
dice: “Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron la
facultad de juzgar;... serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán
con él mil años”.
Apocalipsis 20:4, 6
. En este período, como predijo
Pablo, “los santos han de juzgar al mundo”.
1 Corintios 6:2
. En
unión con Cristo, los santos juzgarán a los malos, comparando sus
actos con el libro de referencia: la Biblia. Cada caso será decidido de
acuerdo a las obras hechas en el cuerpo. Aun Satanás y los ángeles
malignos serán juzgados por Cristo y su pueblo.—
The Southern
Work, 14 de marzo de 1905
.
La tercera venida de Cristo
Al fin de los mil años, Cristo regresa otra vez a la tierra. Le
acompaña la hueste de los redimidos, y le sigue una comitiva de
ángeles. Al descender en majestad aterradora, manda a los muertos
impíos que resuciten para recibir su condenación. Se levanta un gran
ejército, innumerable como la arena del mar. ¡Qué contraste entre
ellos y los que resucitaron en la primera resurrección! Los justos