Página 223 - La Verdad acerca de los Angeles (1997)

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Los ángeles en el más allá
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nosidad. La razón de su origen y desarrollo nunca fue explicada, ni
lo será. Aun en el gran día cuando el Juez se siente y los libros sean
abiertos... será evidente para todos que no existe—ni ha existido—
una causa o razón para la aparición del pecado. En la condenación
final de Satanás y sus ángeles, y de todos los hombres que se han
identificado con él como transgresores de la ley de Dios, toda boca
se mantendrá cerrada. Cuando se le pregunte a las huestes de la
rebelión, desde el primer gran rebelde hasta el último transgresor,
por qué han quebrantado la ley de Dios, se mantendrán silenciosos;
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no existirá respuesta para dar, ni excusa para ofrecer que tenga algún
valor o evidencia.—
The Signs of the Times, 28 de abril de 1890
.
Los habitantes de todos los mundos quedarán convencidos de la
justicia de la ley al erradicar el pecado y eliminar la rebelión... El plan
de salvación ha revelado a hombres y ángeles el carácter de Dios, y
por los siglos de la eternidad la malignidad del pecado será evaluada
a la luz de lo que costó al Padre y al Hijo la redención de la raza
rebelde. En Cristo, el Cordero que fue inmolado desde la fundación
del mundo, todos los mundos verán las huellas de la maldición del
pecado y todos, ángeles y hombres, darán honor y gloria al Redentor
por cuyo intermedio estará asegurada la desaparición de toda nueva
apostasía.
La eficiencia de la cruz protegerá a la raza redimida del peligro de
una nueva caída. La vida y la muerte de Cristo han desenmascarado
los engaños de Satanás y han refutado sus reclamos. El sacrificio de
Cristo por un mundo caído unirá a los ángeles y a los hombres con
él mediante lazos indestructibles. El plan de salvación ha vindicado
la justicia y la misericordia de Dios, y durante toda la eternidad la
rebelión no se levantará otra vez. La aflicción nunca más se sentirá
en el universo de Dios.—
The Messenger, 7 de junio de 1893
.
La tierra renovada
Cuando Dios finalmente purifique la tierra, parecerá un lago de
fuego sin límites. Pero así como Dios preservó el arca en medio
del diluvio para proteger a ocho personas justas, así preservará la
nueva Jerusalén con los fieles de todas las edades... Aunque toda
la tierra—excepto la superficie donde se sitúe la ciudad—estará
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envuelta en un mar de fuego líquido, la ciudad será protegida por un