Página 26 - La Verdad acerca de los Angeles (1997)

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La Verdad acerca de los Angeles
pecador arrepentido. Cristo ha provisto fuerza y gracia para que los
ángeles ministradores las comuniquen a toda alma creyente.—
El
Camino a Cristo, 52
.
Aquellos que trabajan por el bien de otros, están trabajando en
unión con los ángeles del cielo. Gozan de su constante compañía y
ministerio. Angeles de luz y poder están siempre cerca para proteger,
confortar, sanar, instruir e inspirar. Ellos pueden brindar la más alta
educación; la cultura más verdadera, y el servicio más excelente al
que los seres humanos podrían aspirar en este mundo.—
The Review
and Herald, 11 de julio de 1912
.
Los ángeles del cielo se mueven sobre las mentes humanas para
despertar el deseo de investigar los temas de la Biblia. Una obra
mucho mayor de la que hasta aquí se ha hecho, será hecha. Y no será
para glorificación humana, porque los ángeles que ministran en favor
de aquellos que serán herederos de la salvación, están trabajando
noche y día.—
Counsels to Writers and Editors, 140
.
Dios podría haber encomendado a los ángeles del cielo el mensa-
je del Evangelio y todo el ministerio de amor. Podría haber empleado
otros medios para llevar a cabo su propósito. Pero en su amor infinito
quiso hacernos colaboradores con él, con Cristo y con los ángeles,
para que compartiésemos la bendición, el gozo y la elevación espiri-
tual que resultan de este abnegado ministerio.—
El Camino a Cristo,
79
.
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Los ángeles fortalecen nuestra fe
“El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen, y
los defiende”.
Salmos 34:7
. Dios envía a sus ángeles a salvar a sus
escogidos de la calamidad, a protegerlos de “pestilencia que ande en
oscuridad”, y de “mortandad que en medio del día destruya”.
Salmos
91:6
. Repetidas veces los ángeles han hablado con los hombres como
un hombre habla con su amigo, y los han guiado a lugares seguros.
Vez tras vez las palabras alentadoras de los ángeles han renovado
los espíritus abatidos de los fieles, elevando sus mentes por encima
de las cosas de la tierra, y los han inducido a contemplar por la
fe las ropas blancas, las coronas y las palmas de victoria, que los
vencedores recibirán cuando circunden el gran trono blanco.—
Los
Hechos de los Apóstoles, 124
.