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La Verdad acerca de los Angeles
Señor, o rebelarse contra sus instrucciones y negar su autoridad. El
pueblo no podía ver las huestes de ángeles reunidas por el Hijo de
Dios.—
Testimonies for the Church 4:162-163
.
[116]
La toma de Jericó
El mismo Capitán de las huestes del Señor vino del cielo pa-
ra conducir los ejércitos celestiales en su ataque contra la ciudad.
Angeles de Dios tomaron las macizas murallas y las derribaron.—
Testimonies for the Church 3:264
.
Cristo y los ángeles acompañaron al arca cuando ésta giraba en
torno de Jericó, y finalmente derribaron sus macizos muros y entre-
garon la ciudad en manos de Israel.—
La Historia de la Redención,
188
.
Cuando Jericó cayó, ninguna mano humana tocó las murallas
de la ciudad. Los ángeles de Dios destruyeron las fortificaciones, y
penetraron la fortaleza del enemigo. No fue Israel sino el Capitán de
la hueste del Señor quien tomó la ciudad. Pero Israel debía cumplir
su parte al mostrar su fe en el Capitán de su salvación.—
The Review
and Herald, 19 de julio de 1892
.
Si un solo guerrero hubiera puesto su fuerza para intentar derribar
las murallas, la gloria de Dios se hubiese disminuido ante los ojos
del pueblo, y su voluntad no hubiese sido obedecida. Pero ese trabajo
fue dejado al Todopoderoso. Si los cimientos de la muralla hubiesen
alcanzado el centro de la tierra, y su altura hubiese llegado a la
bóveda celeste, no hubiera sido más difícil para el Capitán de la
hueste del Señor destruirla, y conducir a las legiones de ángeles en
el ataque.—
The Signs of the Times, 14 de abril de 1881
.
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