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La sencillez en el lenguaje
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presentar la verdad en toda su sencillez. Conducid a la gente a las
aguas de la vida. Habladles las cosas de más importancia para su
vida actual y su bien eterno. Que el estudio de las Escrituras no sea
de clase inferior o de tipo casual. En todo lo que digáis, sepan que
tenéis algo, que bien vale el tiempo que empleáis en decirlo, y el que
emplean los oyentes en escuchar. Hablad de las cosas esenciales, las
que instruyan, dando luz con cada palabra.
“Aprended a encontrar a la gente donde esté. No presentéis temas
que despierten controversia. Que su enseñanza, no sea de la clase
que deje la mente perpleja. No hagáis que la gente se preocupe por
cosas que ustedes pueden entender, pero que ellos no ven, a menos
que sean de vital consecuencia para la salvación de sus almas. No
presentéis las Escrituras de manera que exalten el yo y estimulen la
vanagloria en aquel que abra la Palabra. La obra para este tiempo,
consiste en instruir a los estudiantes y obreros a tratar los temas
de manera sencilla, seria y solemne”.—
Testimonies for the Church
6:58, 59
.
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Una enfermedad espiritual
—Toda la “sangre fría”, que es tan
común, los gestos teatrales, toda liviandad y frivolidad, todo el uso
de chanzas y bromas, deben ser considerados por el que lleva el yugo
de Cristo como, “cosas que no convienen”, como una ofensa a Dios
y una negación de Cristo.
Esto incapacita la mente para pensar con seriedad, y para llevar
a cabo una labor sólida. Hace a los hombres ineficaces, superficiales
y enfermos en sentido espiritual.—
El Evangelismo, 467
.
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