Página 124 - La Voz

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Capítulo 34—La importancia del tema
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La eficiencia en nuestra labor por Cristo
—Mediante un es-
fuerzo diligente, todos pueden adquirir la habilidad de leer inteli-
giblemente y hablar en un tono de voz fuerte, claro, sonoro, de un
modo distinto e impresionante. Haciendo esto podemos aumentar
grandemente nuestra eficiencia, como obreros de Cristo.
Todo cristiano está llamado a dar a conocer a otros, las inescru-
tables riquezas de Cristo; por lo tanto, debiera procurar la perfección
en el habla. Debiera presentar la Palabra de Dios, de un modo que
la recomiende a sus oyentes. Dios no desea que sus intermediarios
sean incultos. No es su voluntad que el hombre rebaje o degrade la
corriente celestial, que fluye por medio de él, al mundo.
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Debiéramos mirar a Jesús, el modelo perfecto; debiéramos orar
por la ayuda del Espíritu Santo, y con su fuerza, tratar de educar
todo órgano para hacer una obra perfecta.
Esto es especialmente cierto con respecto a aquellos que son
llamados al ministerio público. Todo ministro y todo maestro, debe
recordar que está dando a la gente un mensaje, que encierra intereses
eternos. La verdad que prediquen, los juzgará en el gran día del ajus-
te final de cuentas. Y en el caso de algunas almas, el modo en que
se presente el mensaje, determinará su recepción o rechazamiento.
Entonces, háblese la palabra de tal manera, que despierte el enten-
dimiento e impresione el corazón. Lenta, distinta y solemnemente
debiera hablarse la palabra, y con todo el fervor que su importancia
requiere.
La debida cultura y el uso de la facultad del habla, es parte
de todo ramo de servicio cristiano; entra en la vida familiar y en
toda nuestra relación mutua. Hemos de acostumbrarnos a hablar
en tonos agradables, a usar un lenguaje puro y correcto, y palabras
bondadosas y corteses. Las palabras dulces, amables, son como el
rocío y la suave lluvia para el alma. La Escritura dice de Cristo, que
la gracia fue derramada en sus labios, para que pudiera “hablar en
sazón palabra al cansado”. Y el Señor nos insta: “Sea vuestra palabra
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