Página 135 - La Voz

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La claridad y la pureza en la pronunciación
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por la gran salvación provista.—
Consejos para los Maestros Padres
y Alumnos acerca de la Educación Cristiana, 232, 233
.
Los ademanes inconvenientes y el lenguaje tosco
—El que tra-
baja para Dios debe hacer esfuerzos fervientes para llegar a ser repre-
sentante de Cristo, descartando todos los ademanes inconvenientes,
y el lenguaje tosco. Debe esforzarse para usar un lenguaje correcto.
Hay una clase numerosa que manifiesta descuido en su manera de
hablar, cuando por atención cuidadosa y esmerada, podrían llegar a
ser representantes de la verdad. Cada día tienen que progresar. No
debieran cercenar su utilidad e influencia, albergando defectos en
sus modales, tono, o lenguaje. Las expresiones comunes y triviales,
deben reemplazarse por palabras correctas y puras. Por constante vi-
gilancia y disciplina ferviente, los jóvenes cristianos pueden guardar
su lengua del mal y sus labios de pronunciar engaño.
Debemos ser cuidadosos en no pronunciar incorrectamente nues-
tras palabras. Hay entre nosotros, hombres que en teoría saben evitar
el uso de lenguaje incorrecto, pero que en la práctica cometen fre-
cuentes errores.—
Consejos para los Maestros Padres y Alumnos
acerca de la Educación Cristiana, 226
.
[209]
La ayuda del Espíritu en la nitidez del habla
—El maestro de
la verdad, debe tomar en cuenta cómo presenta la verdad. Debe
hablar cada palabra clara y distintamente, con esa intensa convicción
que lleva convicción a los corazones. Si habla en forma apresurada,
pierde la impresión que debe hacerse. El talento del habla necesita
ser cultivado, para que la verdad sea hablada sin excitación, lenta y
distintamente, de manera que no se pierda, ni una sílaba. El hablar
con rapidez puede y debe ser corregido.
Si las palabras de verdad son de suficiente importancia para ser
habladas delante de un auditorio, son de suficiente importancia para
ser habladas claramente. La dirección del Espíritu, nunca conduce
a la falta de nitidez al hablar. El Espíritu toma las cosas de Dios y
las presenta por intermedio del instrumento humano a su pueblo.
Que las palabras salgan de nuestros labios en la forma más perfecta
posible.—
The Southern Work, 27 de octubre de 1903
.
Nuestras palabras son un canal para comunicar la verdad
Debemos recibir la educación esencial en la línea de la conversación,
para que podamos hablar las palabras correctas y hablarlas en un
tono adecuado, para que nuestras palabras sean una fuerza para el