Página 134 - La Voz

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La Voz: Su Educación y Uso Correcto
requiere de los instrumentos humanos, todo el servicio que éstos
puedan dar.—
El Evangelismo, 484
.
La expresión adecuada en la lectura oral
—El arte de leer co-
rrectamente y con el énfasis debido, es del más alto valor. No importa
cuánto conocimiento se pueda haber adquirido en otros ramos, si
se ha descuidado el cultivo de la voz, y de la forma de expresión
para hablar y leer distintamente, y en forma inteligible, todo ese
conocimiento tendrá poquísima utilidad, porque sin el cultivo de
la voz, no es posible comunicar pronta y claramente, lo que se ha
aprendido.
[207]
El aprender a comunicar en forma convincente e impresionante
lo que uno sabe, es de especial valor para los que desean llegar a ser
obreros en la causa de Dios. Cuanto más expresión se pueda poner
en las palabras de verdad, tanto más eficaces serán esas palabras
para los que escuchan. Una debida presentación de las verdades
del Señor, es digna de nuestros esfuerzos más intensos. Realicen
esfuerzos decididos para aprender a hablar correcta y enérgicamen-
te los alumnos que se preparan para el servicio del Maestro, para
que cuando conversen con otros acerca de la verdad, o cuando se
dediquen al ministerio público, puedan presentar apropiadamente
las verdades de origen celestial.—
El Evangelismo, 483
.
La nitidez en cada palabra
—Enuncie cada palabra en forma
completa, cada oración en forma clara y distinta, hasta la última
palabra. Muchas personas bajan el tono de la voz, cuando se acercan
al final de la oración, hablando en forma tan ininteligible que queda
destruida la fuerza del pensamiento. Las palabras que son dignas
de hablarse, deben hablarse con voz clara y distinta, con énfasis y
expresión.—
Testimonies for the Church 6:383
.
Las voces de los ángeles se unen con las voces humanas
Edúquense las voces de los que siguen a Cristo de tal manera que,
en vez de apretujar las palabras unas sobre otras en forma indistinta,
su elocución sea clara, enérgica y edificante. No dejéis caer la voz
después de cada palabra, sino mantenedla, a fin de que cada frase
[208]
sea llena y completa. ¿No valdrá la pena disciplinaros, y aumentar
así el interés por el servicio de Dios y edificar a sus hijos? La voz de
agradecimiento, alabanza y regocijo se oye en el cielo. Las voces de
los ángeles en los cielos se unen con las voces de los hijos de Dios en
la tierra, mientras dan honra, gloria y alabanza a Dios y al Cordero,