Página 150 - La Voz

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La Voz: Su Educación y Uso Correcto
frecuencia adquieren la convicción de que son pecadores. La Palabra
hablada con amor, realiza una impresión perdurable sobre ellos. Con
cuánto cuidado, entonces, hay que dirigir esas reuniones. Las pala-
bras pronunciadas deben tener autoridad, para que el Espíritu Santo
pueda grabarlas en las mentes. El orador que es controlado por el
espíritu de Dios, tiene una dignidad sagrada, y sus palabras poseen
un sabor de vida, para dar vida. No se introduzcan en el discurso
ilustraciones o anécdotas inapropiadas. Que las palabras que se pro-
nuncian sean para la edificación de los oyentes.—
El Evangelismo,
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.
Penetrados por la verdad, no por nuestras palabras
—Al pre-
sentar la verdad que es impopular, que implica una cruz pesada, los
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predicadores deben tener cuidado para que cada palabra sea como
Dios quiera. Nunca deben usar palabras cortantes. Deben presentar
la verdad con humildad, con el más profundo amor por las almas, y
con el ferviente deseo de su salvación, dejando que sea la verdad la
que penetre.—
Testimonies for the Church 3:218
.
Palabras que reformen, no que exasperen
—Dios necesita re-
formadores que pronuncien mensajes vigorosos y elevadores desde
nuestros púlpitos. Cuando los hombres presentan sus propias pa-
labras en su propia fuerza, en vez de predicar la Palabra de Dios
con el poder del Espíritu, quedan dolidos y ofendidos, cuando sus
palabras no son recibidas con entusiasmo. Es entonces, cuando son
tentados a pronunciar palabras que despertarán un espíritu de amar-
gura y oposición en sus oyentes. Mis hermanos, sed prudentes. Tales
palabras no han de salir de los labios de los embajadores de Cristo.
Los labios santificados hablarán palabras que reformen, pero que
no exasperen. La verdad se ha de presentar en la mansedumbre y el
amor de Cristo.—
Mensajes Selectos 1:186
.
Corazones contritos y arrepentidos
—Mis hermanos, quebran-
taos y arrepentíos de corazón. Que las expresiones de simpatía
y amor, que no ampollan la lengua, fluyan de vuestros labios.—
Comentario Bíblico Adventista 3:1182
.
La espiritualidad en la predicación
—La predicación del her-
mano B, no ha sido señalada con la aprobación del Espíritu de Dios.
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El puede hablar con fluidez y hacer claro su propósito, pero a su
predicación le falta espiritualidad. Sus apelaciones no han tocado el
corazón con una nueva ternura. Ha habido un orden en las palabras,