Página 192 - La Voz

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La Voz: Su Educación y Uso Correcto
Las anécdotas irrespetuosas
—Los predicadores no deben
acostumbrarse a relatar anécdotas irrespetuosas en conexión con
sus sermones; porque esto resta fuerza a la verdad presentada. El
relato de anécdotas e incidentes que hacen reír, o provocan un pensa-
miento ligero en la mente de los oyentes, es severamente censurable.
La verdad debe revestirse de un lenguaje casto y digno; y las ilustra-
ciones empleadas deben ser de igual carácter.—
Obreros Evangélicos,
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.
Las ilustraciones cómicas
—El ministro del evangelio no debe
ser indiferente a su actitud. Si es representante de Cristo, su com-
portamiento, su actitud y sus gestos deben ser de tal clase, que no
dejen impresiones de disgusto en el espectador. Los pastores deben
poseer refinamiento. Deben evitar todos los modales, actitudes y
gestos incultos, y estimular en ellos mismos un porte humilde y
digno. Deben vestir de acuerdo a la dignidad de su posición. Su
discurso debe ser solemne y bien escogido, en todo respecto. Me
fue mostrado, que es incorrecto hacer uso de expresiones vulgares e
irreverentes, relatar anécdotas para divertir, o presentar ilustracio-
nes cómicas para provocar carcajadas. El sarcasmo y jugar con las
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palabras de un oponente, están completamente fuera de orden con
Dios.—
Testimonies for the Church 1:648, 649
.
Relatos para divertir
—Mi hermano, usted necesita examinar
más detalladamente los discursos que presenta a la gente. El objetivo
de su labor ministerial no es divertir. Tampoco es solamente transmi-
tir información, ni sólo convencer el intelecto. La predicación de la
Palabra debe apelar al intelecto e impartir conocimiento, pero abarca
mucho más. El corazón del ministro debe alcanzar los corazones de
los oyentes. Algunos han adoptado un estilo de predicación que no
ejerce una influencia correcta. Han adquirido el hábito de vulgarizar
sus sermones mediante el relato de anécdotas. La impresión hecha
así sobre los oyentes no es un sabor de vida para vida. Usted no
debe introducir relatos para entretener en sus sermones. La gente
necesita alimento puro, aventado completamente de todo lo que no
sea alimenticio. “Predica la Palabra”, fue el encargo que Pablo dio a
Timoteo, y ésta es vuestra comisión.—
Carta 61, 1896
.
El púlpito no es para payaserías
—Lo amonesto contra las
payasadas en el púlpito, o delante de la gente. ¿No lleva a veces
esta actuación, al sagrado púlpito? Usted agrada al mundo; atrae