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Capítulo 47—Las ilustraciones y las ayudas visuales
Un lenguaje casto y digno
—La verdad debe revestirse de un
lenguaje casto y digno; y las ilustraciones empleadas, deben ser de
igual carácter.—
Obreros Evangélicos, 175
.
Ilustraciones evidentes
—Sería bueno que los pastores que tra-
bajan en palabra o doctrina, pudieran dedicar parte del día al ejer-
cicio físico con los estudiantes. Podrían hacer como hacía Cristo,
usando lecciones de la naturaleza, para ilustrar las verdades de la
Biblia.—
Fundamentals of Christian Education, 325
.
La enseñanza por medio de ilustraciones
—En la enseñanza
de Cristo mediante parábolas, se nota el mismo principio que lo
impulsó en su misión para con el mundo. A fin de que llegáramos a
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conocer su divino carácter y su vida, Cristo tomó nuestra naturaleza,
y vivió entre nosotros. La Divinidad se reveló en la humanidad; la
gloria invisible, en la visible forma humana. Los hombres podían
aprender de lo desconocido, mediante lo conocido; las cosas celestia-
les eran reveladas, por medio de las terrenales; Dios se manifestó en
la semejanza de los hombres. Tal ocurría en las enseñanzas de Cristo:
lo desconocido era ilustrado por lo conocido; las verdades divinas,
por las cosas terrenas, con las cuales se hallaban familiarizados.
La Escritura dice: “Todo esto habló Jesús por parábolas;... para
que se cumpliese lo que fue dicho por el profeta, que dijo: Abriré en
parábolas mi boca; rebosaré cosas escondidas, desde la fundación
del mundo”. Las cosas naturales eran el vehículo de las espirituales;
las cosas de la naturaleza y la experiencia de la vida de sus oyentes,
eran relacionadas con las verdades de la Palabra escrita. Guiando así,
del reino natural al espiritual, las parábolas de Cristo son eslabones
en la cadena de la verdad, que une al hombre con Dios, la tierra con
el cielo.—
Palabras de Vida del Gran Maestro, 8 (PP), 9 (ACES)
.
La aplicación de las Escrituras
—El Señor desea que aprendáis
a emplear la red del Evangelio. Muchos necesitan aprender este
arte. A fin de tener éxito en vuestro trabajo, las mallas de vuestra
red—es decir, la aplicación de las Escrituras—deben ser cerradas,
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