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La Voz: Su Educación y Uso Correcto
perecen. Tengan en mente nuestros ministros, que el alimento más
fuerte no se le da a los bebitos, que no conocen los principios de la
verdad como nosotros los creemos. En cada época, el Señor ha tenido
un mensaje especial para el pueblo de ese tiempo; del mismo modo,
nosotros tenemos un mensaje para la gente de este tiempo. Pero
aunque tenemos muchas cosas que decir, debemos ser constreñidos
a guardar algunas de ellas por un tiempo, porque la gente no está
preparada para recibirlas ahora.
Cuando se presenta un discurso, la gente puede escuchar con in-
terés, pero es extraño y nuevo para ellos, y Satanás está listo a sugerir
en sus mentes muchas cosas que no son ciertas. El tratará de per-
vertir e interpretar mal, las palabras del orador. ¿Qué haremos? Los
discursos que presenten las razones de nuestra fe debieran publicarse
en folletos pequeños, y hacerlos circular tanto como sea posible.
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De este modo, las falsedades y tergiversaciones que el enemigo de
la verdad trata constantemente de mantener en circulación, serán
reveladas en su verdadero carácter. La gente tiene oportunidad de
saber exactamente lo que el ministro dijo. Los que introducen la
levadura de la verdad en medio de la masa de las falsas teorías, y
doctrinas, pueden esperar oposición. Las baterías de Satanás apun-
tarán a los que defienden la verdad, y los portaestandartes deben
esperar encontrar muchas trampas y oprobios difíciles de soportar.
El mensaje de advertencia, debe proclamarse en todos las ca-
rreteras y caminos apartados. En las ciudades hay que trabajar, no
solamente predicar; debe trabajarse de casa en casa.—
Manuscrito
79
.
La belleza moral de la verdad que prueba
—Al comenzar a
trabajar en un nuevo campo de labor, cuídese de no exaltar sus
defectos como virtudes, retardando de esta manera la obra de Dios.
Lo que estamos presentando a la gente son verdades que prueban, y
debiéramos elevar estas verdades en cada movimiento, para que se
destaquen en toda su belleza moral delante de aquellos por quienes
laboramos. No haga aparecer en torno a la verdad las peculiaridades
de su propio carácter, o su propia forma de trabajar.—
Carta 12, 1887
.
El mensaje de los tres ángeles
—Es nuestro privilegio esperar
grandes cosas, aun la demostración del Espíritu de Dios. Este es
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un poder que convence al alma de pecado y la convierte. Nuestro
mensaje es un mensaje de vida o muerte, y debemos hacerlo aparecer