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Capítulo 61—Hombres y mujeres de la Biblia
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Enoc
Conversaba sobre temas celestiales
—El caso de Enoc está de-
lante de nosotros. Durante cientos de años caminó con Dios. Vivió
en una época corrupta, cuando la contaminación moral abundaba a
todo su alrededor; pero disciplinó su mente en la devoción, y para
amar la pureza. Su conversación era sobre cosas celestiales. Encauzó
su mente en esta dirección, y llevaba la estampa de lo divino. Su
semblante estaba iluminado con la luz que brilla en el rostro de
Jesús.—
Testimonies for the Church 2:122
.
Predicaba la justicia
—Al serle presentadas las escenas del fu-
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turo, Enoc se hizo predicador de la justicia, para dar el mensaje de
Dios a todos los que quisieran oír las palabras de amonestación. En
la tierra donde Caín había tratado de huir de la presencia divina, el
profeta de Dios dio a conocer las maravillosas escenas que habían
pasado ante su visión. “He aquí”—declaraba—“el Señor es venido
con sus santos millares, a hacer juicio contra todos, y a conven-
cer a todos los impíos de entre ellos, tocante a todas sus obras de
impiedad”.
El poder de Dios que obraba con su siervo, era sentido por
aquellos que oían. Algunos prestaban oído a la amonestación y
dejaban sus pecados; pero las multitudes se burlaban del solemne
mensaje. Los siervos de Dios han de proclamar un mensaje similar
al mundo en los últimos días, y también será recibido por la mayoría
con incredulidad y burla.
A medida que transcurría año tras año, más y más caudalosa
se volvía la corriente de la culpabilidad humana, más y más som-
bríos eran los nubarrones del juicio divino que se amontonaban.
Sin embargo, Enoc, el testigo de la fe, proseguía su camino, amo-
nestando, intercediendo y enseñando, esforzándose por rechazar el
flujo de culpabilidad, y detener los rayos de la venganza.—
Obreros
Evangélicos, 53, 54
.
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