Página 28 - La Voz

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Capítulo 4—La importancia de la educación del
habla
La rama más importante
—El talento del habla debe ser cui-
dadosamente estudiado y vigilado. Esta es la rama más importante
de la educación, pero tristemente se la descuida en todas nuestras
asociaciones. El poder de comunicarnos con nuestros compañeros,
puede ser de gran bendición, o de gran maldición.—
Manuscrito 77,
1897
.
Una asignatura esencial en nuestras escuelas
—No debiéra-
mos descuidar el estudio del arte de hablar en nuestras escuelas. Los
que entren en la sociedad, con el deseo y la determinación de ser
como Cristo les pide que sean, no serán condescendientes con la
conversación falta de cristianismo. Tratarán de representar a Cristo,
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por medio de su espíritu y sus palabras.—
The Review and Herald,
25 de enero de 1898
.
La conversación santificada
—La luz que me ha sido dada por
la Palabra de Dios, indica que el habla necesita ser convertida y
santificada. El Señor requiere que se brinde educación en la ciencia
de hablar. Se ha abusado y se ha pervertido mucho esta facultad. No
se la ha considerado como un don precioso de Dios, para ser usada
en glorificar su nombre. Las palabras son un poder para el bien, o
para el mal; un sabor de vida para vida, o de muerte para muerte.
Los que realicen servicio para Cristo, deben elegir las palabras que
hablen. Hablar palabras impensadas, apresuradas, comunes, sólo
por el placer de hablar, cuando el silencio sería mejor, es pecado.
Los que son muy locuaces no ejercen una buena influencia sobre la
sociedad, en la cual viven y se mueven. La religión de la Biblia no
es para exhibir jactancia, sino para ser quietamente practicada en
buenas palabras y obras.—
Manuscrito 74, 1897
.
La maledicencia constituye una mala conducta
—Note estas
palabras: “Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones”. Si es
así, de su boca no saldrá una corriente de palabras que no conlleve
ninguna virtud o bondad. “A la que asimismo fuisteis también lla-
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