Página 27 - La Voz

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Un instrumento para la evangelización
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Palabras bondadosas como aguas tranquilas
—Necesitamos
tener una estrecha comunión con Dios, para que el yo no surja de
nuevo, como sucedió con Jehú; y pronunciemos un torrente de pala-
bras inconvenientes, que no sean como el rocío, ni como las quietas
lluvias que reviven las plantas agostadas. Que nuestras palabras
sean bondadosas, cuando tratamos de ganar almas. Dios será sabidu-
ría, para aquel que procura la sabiduría de origen divino. Debemos
buscar las oportunidades en todas direcciones. Debemos velar en
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oración, y estar siempre listos para dar una respuesta a todo aquel
que nos pida una razón de la esperanza que está en nosotros. Para
que no impresionemos desfavorablemente un alma por la cual Cristo
murió, debemos mantener nuestros pensamientos elevados hacia
Dios, para que cuando se presente la oportunidad, podamos usar las
palabras correctas que hablar, en el momento preciso.—
The Review
and Herald, 7 de octubre de 1902
.
Obras combinadas con palabras
—Dios desea, que las dádivas
que él ha concedido libremente a sus hijos, sean comunicadas a los
que no tienen tantas bendiciones temporales. Por medio de esta co-
municación, por la expresión de palabras bondadosas, acompañadas
con obras de amor, los que trabajan para Dios encontrarán entrada
a los corazones, y ganarán a otros para Cristo. No debemos olvi-
dar esta parte de la religión; “porque de tales sacrificios se agrada
Dios”.—
The Review and Herald, 18 de febrero de 1902
.
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