Página 289 - La Voz

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Cristo y el canto
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labor, y llevaba la alegría del cielo a los rendidos por el trabajo y a
los descorazonados.—
El Ministerio de Curación, 34
.
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La fragancia de sus cantos era como incienso
—A menudo ex-
presaba su alegría cantando salmos e himnos celestiales. A menudo
los moradores de Nazaret oían su voz que se elevaba en alabanza y
agradecimiento a Dios. Mantenía comunión con el Cielo mediante
el canto; y cuando sus compañeros se quejaban por el cansancio,
eran alegrados por la dulce melodía que brotaba de sus labios. Sus
alabanzas parecían ahuyentar a los malos ángeles y, como incienso,
llenaban el lugar de fragancia. La mente de los que le oían se alejaba
del destierro que aquí sufrían, para elevarse a la patria celestial.—
El
Deseado de Todas las Gentes, 54
.
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