Página 305 - La Voz

Basic HTML Version

El canto como parte del culto
301
cantar de manera que todos puedan entender. No es necesario cantar
[483]
alto, sino tener una entonación clara, una pronunciación correcta,
y una expresión nítida. Todos debemos cultivar la voz para que la
alabanza a Dios pueda ser cantada en tonos claros y suaves, no con
tonos ásperos y chillones que ofenden el oído. La habilidad de cantar
es un don de Dios y debemos usarla para su gloria.—
Testimonies
for the Church 9:143, 144
.
La belleza en el canto no es el todo
—Muchos están cantando
hermosos himnos en las reuniones, himnos acerca de lo que harán
o de lo que se proponen hacer; pero algunos no hacen estas cosas;
no cantan con el espíritu, y con el entendimiento. De igual manera,
algunos no resultan beneficiados con la lectura de la Palabra de
Dios, porque no la incorporan a su propia vida, no la practican.—
El
Evangelismo, 370
.
Himnos para la ocasión
—Los que hacen del canto una parte
del culto divino, deben elegir himnos con música apropiada para
la ocasión, no de notas fúnebres, sino alegres, y con todo, melo-
días solemnes. La voz puede y debe ser modulada, enternecida, y
subyugada.—
El Evangelismo, 370
.
Himnos para la congregación
—Otro asunto que debe recibir
atención, tanto en los congresos como en cualquier otra parte, es el
canto. El ministro no debe anunciar himnos para ser cantados hasta
cerciorarse primero de que la congregación está familiarizada con
ellos. Debe nombrarse una persona adecuada para dirigir este ejerci-
[484]
cio, y su deber debe ser cerciorarse de que los himnos seleccionados
se canten también con el espíritu y con la comprensión. Cantar es
parte del culto a Dios, pero la manera chapucera en que a veces se
conduce el servicio de canto, no es un crédito para la verdad ni un
honor para Dios. Debe haber un orden y un sistema en esto, como
en cualquier otra parte de la obra del Señor. Organícese un grupo de
los mejores cantantes, cuyas voces puedan dirigir la congregación, y
que todos los que quieren se les unan. Los que canten deben hacer
un esfuerzo para cantar en armonía; deben dedicar algún tiempo
a practicar, para que puedan emplear sus talentos para la gloria de
Dios.—
The Review and Herald, 24 de julio de 1883
.
El servicio de canto. En los cultos no debe haber nada de na-
turaleza teatral. En el canto no deben participar sólo unos pocos.
Debe animarse a los presentes a unirse en el servicio de canto. Hay