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Capítulo 6—El papel de los maestros
Un mensaje de importancia eterna
—Todo cristiano, está lla-
mado a dar a conocer a otros las inescrutables riquezas de Cristo;
por lo tanto, debiera procurar la perfección en el habla. Debiera
presentar la Palabra de Dios de un modo, que la recomendara a sus
oyentes. Dios no desea que sus intermediarios sean incultos. No es
su voluntad que el hombre rebaje o degrade la corriente celestial que
fluye por medio de él, al mundo.
Debiéramos mirar a Jesús, el modelo perfecto; debiéramos orar,
por la ayuda del Espíritu Santo, y con su fuerza, tratar de educar
todo órgano para realizar una obra perfecta.
Esto es especialmente cierto, con respecto a aquellos que son
llamados al ministerio público. Todo ministro y todo maestro debe
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recordar, que está dando a la gente un mensaje, que encierra intere-
ses eternos. La verdad que prediquen, los juzgará en el gran día del
ajuste final de cuentas. Y en el caso de algunas almas, el modo en
que se presente el mensaje, determinará su recepción, o su rechazo.
Entonces, háblese la palabra de manera que despierte el entendi-
miento e impresione el corazón. Lenta, distinta y solemnemente
debiera hablarse la palabra, y con todo el fervor que su importan-
cia requiere.—
Palabras de Vida del Gran Maestro, 271 (PP), 235
(ACES)
.
La obediencia a la Palabra de Dios
—En cada línea de instruc-
ción, los maestros debieran impartir luz de la Palabra de Dios, y
demostrar la importancia de obedecer un “así dice el Señor”. La
educación debiera ser tal, que los estudiantes hagan de los principios
correctos, el guía de cada acción. Esta es la educación que permane-
cerá por las edades eternas.—
Fundamentals of Christian Education,
516
.
La pureza de la vida es un ejemplo efectivo
—El maestro que
tiene su alma apoyada en Cristo, hablará y actuará como un cristiano.
No se sentirá satisfecho, hasta que la verdad limpie su vida, de todo
lo que no sea esencial. No quedará satisfecho, a menos que su mente
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