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Canto-resurrección y ascensión de Cristo
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“Jehová el fuerte y valiente,
Jehová el poderoso en batalla.
Alzad, oh puertas, vuestras cabezas,
Y alzaos vosotras, puertas eternas,
Y entrará el Rey de gloria”.
Vuelve a oírse otra vez:
“¿Quién es este Rey de gloria?”
[510]
Porque los ángeles no se cansan de oír ensalzar su nombre. Y
los ángeles de la escolta responden:
“Jehová de los ejércitos,
El es el Rey de la gloria”.
Salmos 24:7-10
.
Entonces los portales de la ciudad de Dios se abren, y la mu-
chedumbre de ángeles entra por ellos en medio de una explosión de
armonía triunfante.
[Jesús] presenta los trofeos de su triunfo; ofrece a Dios la gavilla
de las primicias, aquellos que resucitaron con él como representantes
de la gran multitud que saldrá de la tumba en su segunda venida. Se
acerca al Padre, ante quien hay regocijo por un solo pecador que se
arrepiente...
Con gozo inefable, los principados y las potestades reconocen
la supremacía del Príncipe de la vida. La hueste angélica se postra
delante de él, mientras que el alegre clamor llena todos los atrios
del cielo: “¡Digno es el Cordero que ha sido inmolado, de recibir
el poder, y la riqueza, y la sabiduría, y la fortaleza, y la honra, y la
gloria, y la bendición!”
Apocalipsis 5:12
.
Los cantos de triunfo se mezclan con la música de las arpas
angelicales, hasta que el cielo parece rebosar de gozo y alabanza.
El amor ha vencido. Lo que estaba perdido se ha hallado. El cielo
repercute con voces que en armoniosos acentos proclaman: “¡Bendi-
ción, y honra, y gloria, y dominio al que está sentado sobre el trono,
y al Cordero, por los siglos de los siglos!”
Apocalipsis 5:13
.—
El
Deseado de Todas las Gentes, 772, 773, 774
.
[511]