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La influencia de las palabras
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cias. Pero son los hacedores de la Palabra los que están justificados
delante de Dios.—
Manuscrito 53, 1899
.
La relación entre nuestros pensamientos y nuestras pala-
bras
—Por las palabras que hablamos, revelamos lo que está en
nuestra mente. La relación entre la mente y las palabras que salen
de nuestros labios es muy estrecha, y por nuestras palabras seremos
juzgados individualmente en el día final... Nuestros pensamientos
producen nuestras palabras, y nuestras palabras reaccionan sobre
nuestros pensamientos.—
Carta 16a, 1895
.
Un indicio del carácter
—Pero las palabras son más que un in-
dicio del carácter; tienen poder para reaccionar sobre el carácter. Los
hombres sienten la influencia de sus propias palabras. Con frecuen-
cia, bajo un impulso momentáneo, provocado por Satanás, expresan
celos o malas sospechas, dicen algo que no creen en realidad; pero la
expresión reacciona sobre los pensamientos. Son engañados por sus
palabras, y llegan a creer como verdad, lo que dijeron a instigación
de Satanás. Habiendo expresado una vez una opinión o decisión, son,
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con frecuencia, demasiado orgullosos para retractarse, y tratan de
demostrar que tienen razón, hasta que llegan a creer que realmente
la tienen.
Es peligroso pronunciar una palabra de duda, peligroso poner
en tela de juicio y criticar, la verdad divina. La costumbre de hacer
críticas descuidadas e irreverentes, reacciona sobre el carácter y
fomenta irreverencia e incredulidad. Más de un hombre que seguía
esta costumbre ha proseguido, inconsciente del peligro, hasta que
estuvo dispuesto a criticar y rechazar la obra del Espíritu Santo.—
El
Deseado de Todas las Gentes, 290
.
Influencia fuera de la iglesia
—Los profesos seguidores de
Cristo debieran comprender, que la influencia de sus palabras y
actos, no sólo ejerce poder sobre ellos mismos, sino que se extiende
fuera de la iglesia. Si ellos pudieran ver el daño causado por sus
palabras descuidadas, la repetición de informes vagos, las injustas
censuras, habría menos palabras y más oración, cuando los cristianos
se reúnen.—
The Review and Herald, 19 de octubre de 1886
.
Un impacto sobre los incrédulos
—La vida, las obras y el com-
portamiento son el mejor y más solemne argumento para los ne-
gligentes, irreverentes y escépticos. Sean la vida y el carácter un
enérgico argumento en favor del cristianismo; entonces, los hombres