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La Voz: Su Educación y Uso Correcto
esta vida y en la vida venidera; esto es lo único que puede satisfacer
al alma del receptor.—
Testimonies for the Church 4:580, 581
.
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Vidas puras y conversación pura
—No debiera pronunciarse
imprudentemente, ninguna palabra. Ninguna conversación mali-
ciosa, ninguna charla frívola, ninguna expresión de descontento o
insinuación impura, escapará de los labios del que sigue a Cristo.
El apóstol Pablo, al escribir, inspirado por el Espíritu Santo, dice:
“Ninguna palabra torpe salga de vuestra boca”.
Efesios 4:29
. Esto
quiere significar, no sólo palabras viles, sino cualquier expresión
contraria a los santos principios, y a la pura e inmaculada religión.
Incluyue las sugerencias impuras y las ocultas insinuaciones al mal.
A menos que éstas sean resistidas inmediatamente, conducirán a
pecados mayores.
Sobre cada familia, sobre cada cristiano individual, descansa el
deber de cerrar el camino a las conversaciones impuras. Cuando
estamos en compañía de aquellos que se permiten una conversación
frívola, es nuestro deber cambiar, si es posible, el tema. Con la ayuda
de la gracia de Dios, debiéramos tranquilamente dejar caer una
palabra o introducir un tema que cambie el giro de la conversación,
hacia un cauce provechoso.—
Palabras de Vida del Gran Maestro,
272 (PP), 236 (ACES)
.
Debemos apoyar la ley y el orden
—No se nos pide que desafie-
mos a las autoridades. Nuestras palabras, sean habladas o escritas,
deben ser consideradas cuidadosamente, no sea que por nuestras
declaraciones, parezcamos estar en contra de la ley y del orden, y
dejemos constancia de ello. No debemos decir ni hacer ninguna
cosa, que pudiera cerrarnos innecesariamente el camino. Debemos
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avanzar en el nombre de Cristo, defendiendo las verdades que se
nos encomendaron.—
Los Hechos de los Apóstoles, 56, 57 (PP), 58
(ACES)
.
Sólo cosas correctas
—Por favor, lea el
capítulo 58
de Isaías. En
ese capítulo se da una gran luz. La oración ferviente del corazón
contrito y humilde, será escuchada y contestada. “Bendito el varón
que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová. Porque será como
el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echará sus
raíces, y no verá cuando viene el calor, sino que su hoja estará verde;
y en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de dar fruto”. Tenemos
derecho a esperar esto, si cooperamos con Dios, y consagramos a su