Página 136 - Joyas de los Testimonios 1 (1971)

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Joyas de los Testimonios 1
Un tiempo crítico para los niños
No dejéis que vuestros hijos os vean con rostros ceñudos. Si
ellos ceden a la tentación, y luego ven su error y se arrepienten de
él, perdonadles tan generosamente como esperáis ser perdonados
por vuestro Padre celestial. Instruidlos bondadosamente y ligadlos
a vuestro corazón. Este es un tiempo crítico para los niños. Los
rodearán influencias tendientes a separarlos de vosotros, y debéis
contrarrestarlas. Enseñadles a hacer de vosotros sus confidentes.
Permitidles contaros sus pruebas y goces. Estimulando esto, los
salvaréis de muchas trampas que Satanás ha preparado para sus pies
inexpertos. No tratéis a vuestros hijos únicamente con severidad,
olvidándoos de vuestra propia niñez, y olvidando que ellos no son
sino niños. No esperéis de ellos que sean perfectos, ni tratéis de
obligarlos a actuar como hombres y mujeres en seguida. Obrando
así, cerraríais la puerta de acceso que de otra manera pudierais tener
hacia ellos, y los impulsaríais a abrir la puerta a las influencias
perjudiciales, que permitirían a otros envenenar sus mentes juveniles
antes de advertir el peligro.
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Satanás y su hueste están haciendo arduos esfuerzos para desviar
la mente de los niños, y éstos deben ser tratados con franqueza,
ternura y amor cristianos. Esto os dará una poderosa influencia
sobre ellos, y les hará sentir que pueden depositar una confianza
ilimitada en vosotros. Rodead a vuestros hijos de los encantos del
hogar y de vuestra sociedad. Si lo hacéis, no tendrán mucho deseo
de trabar relaciones con otros jóvenes. Satanás obra por medio
de dichas relaciones, y trata de que las mentes ejerzan una mutua
influencia corruptora. Esta es la manera más eficaz en que pueda
trabajar. Los jóvenes tienen una influencia poderosa unos sobre
otros. Su conversación no es siempre selecta y elevada. Oyen malas
conversaciones, que, si no se resisten con decisión, se alojan en el
corazón, para arraigar allí, crecer hasta dar frutos y corromper las
buenas costumbres. A causa de los males que imperan hoy en el
mundo, y de la restricción que es necesario imponer a los hijos, los
padres deben tener doble cuidado de ligarlos a sus corazones y de
dejarles ver que desean hacerlos felices.