Peligros de la juventud
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necesarios para asumir una forma de piedad y hacer inscribir el
nombre de uno en los registros de la iglesia; pero el vivir de tal
manera que nuestros caminos agraden a Dios y nuestros nombres
estén registrados en el libro de la vida, requerirá vigilancia y oración,
abnegación y sacrificio de nuestra parte. Los que profesan ser cris-
tianos no son ejemplo para la juventud, sino tan sólo en la medida en
que sigan a Cristo. Las buenas acciones son inequívocos frutos de la
verdadera piedad. El Juez de toda la tierra dará a cada uno conforme
a sus obras. Los niños que siguen a Cristo tienen una lucha delante
de sí; tienen que llevar diariamente una cruz para salir del mundo,
mantenerse separados e imitar la vida de Cristo.
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