Página 175 - Joyas de los Testimonios 1 (1971)

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La salud y la religión
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La simpatía que existe entre el espíritu y el cuerpo es muy grande.
Cuando uno está afectado, el otro responde. La condición de la
mente tiene mucho que ver con la salud del organismo. Si el espíritu
está libre y feliz, con la conciencia de que hace lo recto y con la
satisfacción de proporcionar felicidad a los demás, nacerá una alegría
que reaccionará sobre todo el organismo, induciendo a la sangre a
circular más libremente y a tonificar todo el cuerpo. La bendición de
Dios es sanadora; y los que benefician abundantemente a los demás
sentirán en su corazón y vida esa bendición prodigiosa
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La religión de la Biblia no obra en detrimento de la salud del
cuerpo ni de la mente. La influencia del Espíritu de Dios es la mejor
medicina que pueda recibir un ser humano enfermo. El cielo es todo
salud; y cuanto más hondamente se sientan las influencias celestiales,
tanto más seguro será el restablecimiento del inválido creyente
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La carga del pecado, con su inquietud y deseos insatisfechos, es
el fundamento de una gran parte de las enfermedades que sufre el
pecador. Cristo es el poderoso Médico del alma enferma de pecado.
Estos pobres seres afligidos necesitan un conocimiento más claro
de Aquel que es, cuando se lo conoce correctamente, la vida eterna.
Necesitan que se les enseñe con paciencia, bondad y fervor, a abrir
de par en par las ventanas del alma y dejar entrar la luz del amor de
Dios para que ilumine las cámaras obscuras de la mente
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Testimonios para la Iglesia 4:60, 61 (1876)
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Testimonios para la Iglesia 3:172 (1872)
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Testimonios para la Iglesia 4:579 (1881)
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