Página 240 - Joyas de los Testimonios 1 (1971)

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Joyas de los Testimonios 1
su influencia y sus recursos, Dios aceptaba sus esfuerzos para hacer
bien y contribuir al progreso de su causa según lo que poseía, y no
según lo que no tenía. El Señor no desprecia la ofrenda más humilde
hecha voluntaria y sinceramente.
Vd. posee un temperamento fogoso. El fervor por una causa bue-
na es digno de alabanza. En sus anteriores pruebas y perplejidades
obtuvo una experiencia que había de reportar ventajas a otros. Era
celosa en el servicio de Dios. Se deleitaba en presentar las eviden-
cias de nuestra fe a los que no creían en la verdad presente. Podía
hablar con seguridad; porque estas cosas eran una realidad para Vd.
La verdad era parte de su ser; los que escuchaban sus fervientes
llamados no podían dudar de su sinceridad, y quedaban convencidos
de que las cosas eran así.
En la providencia de Dios, su influencia se extendió; además
de esto, Dios creyó propio probarla dándole talentos y recursos.
Por lo tanto, le fué impuesta una doble responsabilidad. Cuando
empezó a mejorar su condición, Vd. dijo: “Tan pronto como pueda
conseguirme una casa, daré para la causa de Dios.” Pero cuando tuvo
la casa, Vd. vió que había que hacer tantos arreglos para que todo
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fuese conveniente y agradable en derredor, que se olvidó del Señor
y de sus derechos sobre Vd., y se sintió menos inclinada a ayudar a
la causa de Dios que en los días de su pobreza y aflicción.
Buscó la amistad con el mundo, y se apartó más y más de Dios.
Se olvidó de la exhortación de Cristo: “Mirad por vosotros, que
vuestros corazones no sean cargados de glotonería y embriaguez,
y de los cuidados de esta vida, y venga de repente sobre vosotros
aquel día.” “Así que, el que piensa estar firme, mire no caiga.”
Lucas
21:34
;
1 Corintios 10:12
.
Hay tres consignas en la vida cristiana que deben ser observadas
si deseamos evitar que Satanás nos gane la delantera; a saber: Velar,
orar y trabajar. Es necesario orar y velar para progresar en la vida
divina. Nunca hubo en su caso un tiempo más importante que el
actual. Su única seguridad consiste en vivir una vida vigilante. Vele y
ore siempre. ¡Oh, cuán grande preventivo es ello contra la tentación
y el peligro de caer en las trampas del mundo! ¡Cuán fervientemente
debiera Vd. haberse dedicado al trabajo durante los últimos años
cuando su influencia era extensa!