Elena G. de White—Breve esbozo biográfico
X X I
librito titulado “Dones Espirituales,” tomo 1, “La Gran Controversia
entre Cristo y sus Angeles y Satanás y sus Angeles.” (
Early Wri-
tings,
Parte III.) En muchas visiones sucesivas, la historia de la gran
controversia fué presentada en mayores detalles y la Sra. de White
la volvió a escribir, primero entre 1870 y 1880 en los cuatro tomos
del “Espíritu de Profecía,” y más tarde en los tomos de la serie titu-
lada “El Conflicto de los Siglos” (“Patriarcas y Profetas,” “Profetas
y Reyes,” “El Deseado de Todas las Gentes,” “Los Hechos de los
Apóstoles,” y “El Conflicto”). Otras obras de la pluma de la Sra. de
White que han ejercido una amplia influencia modeladora son: “El
Ministerio de Curación,” “Lecciones Prácticas del Gran Maestro,”
“La Educación,” “El Discurso Maestro de Jesucristo,” y una decena
de tomos dedicados a consejos especiales como “Obreros Evan-
gélicos,” “El Colportor Evangélico,” “Consejos para los Maestros,
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Padres y Alumnos,” etc. La bien conocida obra “El Camino a Cristo”
ha sido leída por millones de personas en sesenta idiomas.
En 1909, la Sra. de White, a la edad de ochenta y un años,
asistió al congreso de la Asociación General en Wáshington, D.C.
Este fué su último viaje a través del continente. Dedicó los cinco
años siguientes a la preparación de artículos para los periódicos de la
denominación y a la publicación de sus libros. Hacia el fin de su vida
declaró: “Sea que se me conserve la vida o no, mis escritos hablarán
constantemente y su obra continuará mientras dure el tiempo.
Aunque la Sra. de White continuó empeñada en sus actividades
literarias hasta principios de 1915, durante los últimos tres años de
su vida no trabajó apremiada por la gran necesidad de escribir que
caracterizó su obra a través de los largos años de su existencia. Con
valor indómito y plena confianza en su Redentor, durmió en su casa
el 16 de julio de 1915. Se la puso a descansar al lado de su esposo y
sus hijos en el cementerio de Oak Hill, Battle Creek, Míchigan.
Los adventistas del séptimo día comprenden hoy que el mi-
nisterio de la Sra. de White como “mensajera del Señor” fué el
cumplimiento de la profecía de
Apocalipsis 12:17
y
19:10
, a saber,
que la iglesia remanente “que guarda los mandamientos de Dios”
había de tener el “testimonio de Jesucristo” o sea el “espíritu de
profecía.” Ven en su obra el don de profecía del cual Pablo habla
Writing and Sending Out of the Testimonies for the Church, 12, 13
.