Página 294 - Joyas de los Testimonios 1 (1971)

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Joyas de los Testimonios 1
que le dieran señales especiales de respeto y que le vistieran como
si siempre hubiese sido su propio hijo obediente.
El hermano celoso
El padre hizo del regreso de su hijo una ocasión de regocijo
especial. El hijo mayor, que se encontraba en el campo, no sabía
que su hermano había regresado, pero escuchó las demostraciones
generales de regocijo y preguntó a los siervos qué significaba todo
aquello. Se le explicó que su hermano, a quien creían muerto, había
regresado, y que su padre había dado muerte al becerro grueso para
él debido a que lo recibía como si hubiese resucitado de los muertos.
Entonces el hermano se enojó y no quiso ir a verlo ni a recibirlo.
Se sentía muy indignado debido a que se recibía ahora con tanto
honor al infiel, que había abandonado a su padre y le había dejado a
él la pesada responsabilidad de cumplir con los deberes que debían
haber compartido ambos. Este hermano se había entregado a una
vida de maldad y libertinaje, había dilapidado los bienes que su
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padre le diera, hasta verse reducido a la necesidad, mientras que él
había sido fiel en el hogar al llevar a cabo todos sus deberes de hijo;
y ahora, este disoluto llega a casa y se lo recibe con respeto y honor
superiores a todo lo que él jamás había recibido.
El padre suplicó a su hijo mayor que fuera y recibiese a su
hermano con alegría, debido a que estaba perdido mas se lo había
encontrado; estaba muerto en delitos y pecados, pero vivía de nuevo;
había adquirido sensibilidad moral y aborrecía su vida de pecado.
Pero el hijo mayor manifestó: “He aquí tantos años te sirvo, no
habiendo traspasado jamás tu mandamiento, y nunca me has dado
un cabrito para gozarme con mis amigos: mas cuando vino este tu
hijo, que ha consumido tu hacienda con rameras, has matado para él
el becerro grueso.”
Lucas 15:29-32
.
El anciano le aseguró a su hijo que siempre estaba con él, y que
todo lo que tenía era suyo, pero que era correcto que manifestara su
alegría de esa manera porque su “hermano muerto era, y ha revivido;
habíase perdido, y es hallado.” Para el padre, el hecho de que el
perdido era hallado, el muerto había revivido, sobrepujaba todas las
demás consideraciones.