Página 326 - Joyas de los Testimonios 1 (1971)

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Joyas de los Testimonios 1
órdenes; no quiero que se me reprenda. Abogo por los derechos del
juicio individual; tengo derecho a creer y hablar según me plazca.”
El Señor no desea que renunciemos a nuestra individualidad. Pero,
¿qué hombre es juez adecuado para saber hasta dónde debe llevarse
este asunto de la independencia individual?
Pedro recomienda a sus hermanos: “Igualmente, mancebos, sed
sujetos a los ancianos; y todos sumisos unos a otros, revestíos de
humildad; porque Dios resiste a los soberbios y da gracia a los humil-
des.”
1 Pedro 5:5
. También el apóstol Pablo exhorta a sus hermanos
filipenses a tener unidad y humildad: “Por tanto, si hay alguna con-
solación en Cristo; si algún refrigerio de amor; si alguna comunión
del Espíritu; si algunas entrañas y misericordias, cumplid mi gozo;
que sintáis lo mismo, teniendo el mismo amor, unánimes, sintiendo
una misma cosa. Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes
bien en humildad, estimándoos inferiores los unos a los otros: No
mirando cada uno a lo suyo propio, sino cada cual también a lo
de los otros. Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también
en Cristo Jesús.”
Filipenses 2:1-5
. Y Pablo vuelve a exhortar así a
sus hermanos: “El amor sea sin fingimiento: aborreciendo lo malo,
llegándoos a lo bueno; amándoos los unos a los otros con caridad
fraternal; previniéndoos con honra los unos a los otros.”
Romanos
12:9, 10
. “Sujetaos los unos a los otros en el temor de Dios.”
Efesios
5:21
.
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La historia de los israelitas nos presenta el grave peligro del en-
gaño. Muchos no se dan cuenta del carácter pecaminoso de su propia
naturaleza ni de lo que es la gracia del perdón. Están en las tinieblas
de su naturaleza, sujetos a tentaciones y gran engaño. Viven lejos
del Señor: y sin embargo están muy satisfechos de su vida cuando
Dios aborrece su conducta. Esta clase de personas guerreará siem-
pre contra la dirección del Espíritu de Dios, especialmente con la
reprensión. No quiere ser perturbada. Ocasionalmente experimenta
temores egoístas y buenos propósitos y a veces pensamientos de
ansiedad y convicción; pero no tiene experiencia profunda porque
no está ligada con la Roca eterna. Esta clase de personas no ve nunca
la necesidad del testimonio claro. El pecado no le parece tan grave,
porque no anda en la luz como Cristo está en la luz.
Hay aún otra clase de personas que tiene gran luz y convicción
especial, y una verdadera experiencia en la obra del Espíritu de Dios.