Página 337 - Joyas de los Testimonios 1 (1971)

Basic HTML Version

El poder de la oración en la tentació
¡Cuán misericordiosa y tiernamente obra nuestro Padre celestial
con sus hijos! Los guarda de mil peligros que ellos no ven, y los
protege contra las artes sutiles de Satanás, para que no sean des-
truídos. Debido a que nuestra corta visión no discierne el cuidado
protector de Dios mediante sus ángeles, no procuramos contem-
plar y apreciar el interés siempre vigilante que nuestro bondadoso y
benevolente Creador tiene en la obra de sus manos; y no nos mos-
tramos agradecidos por la multitud de mercedes que nos concede
diariamente.
Los jóvenes ignoran los muchos peligros a los cuales están
expuestos diariamente. No podrían nunca conocerlos plenamente
todos; pero si velan y oran Dios mantendrá sus conciencias sensibles
y claras sus percepciones, para que disciernan las operaciones del
enemigo y sean fortalecidos contra sus ataques. Pero muchos de los
jóvenes han seguido durante tanto tiempo sus propias inclinaciones,
que el deber es una palabra que no tiene significado para ellos. No
comprenden los altos y santos deberes que han de cumplir para
beneficiar a otros y glorificar a Dios; y descuidan en absoluto su
cumplimiento.
Si los jóvenes pudiesen tan sólo despertarse y sentir profunda-
mente su necesidad de fuerza divina para resistir las tentaciones de
Satanás, obtendrían preciosas victorias y una experiencia valiosa
en la guerra cristiana. ¡Cuán pocos de los jóvenes piensan en la
exhortación del inspirado apóstol Pedro: “Sed templados, y velad;
porque vuestro adversario el diablo, cual león rugiente, anda alre-
dedor buscando a quien devore: al cual resistid firmes en la fe”!
1
[357]
Pedro 5:8, 9
. En la visión dada a Juan, él vió el poder de Satanás
sobre los hombres, y exclamó: “¡Ay de los moradores de la tierra y
del mar! porque el diablo ha descendido a vosotros, teniendo grande
ira, sabiendo que tiene poco tiempo.”
Apocalipsis 12:12
.
Testimonios para la Iglesia 3:373-378 (1875)
. (Del cap. “Una súplica a los jóvenes.”)
333