Página 364 - Joyas de los Testimonios 1 (1971)

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Joyas de los Testimonios 1
Faraón; escogiendo antes ser afligido con el pueblo de Dios, que
gozar de comodidades temporales de pecado. Teniendo por mayo-
res riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros de los egipcios.”
Hebreos 11:24-26
.
Los apóstoles no contaban su vida por preciosa y se regocijaban
de ser tenidos por dignos de sufrir oprobio por el nombre de Cristo.
Pablo y Silas sufrieron la pérdida de todo. Fueron azotados y arroja-
dos brutalmente al frío piso de una mazmorra, en una posición muy
dolorosa, con los pies elevados y sujetos en el cepo. ¿Llegaron pro-
testas y quejas a los oídos del carcelero? ¡Oh, no! Desde el interior
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de la cárcel, se elevaron voces que rompían el silencio de la noche
con cantos de gozo y alabanza a Dios. Animaba a estos discípulos
un profundo y ferviente amor por la causa de su Redentor, en favor
de la cual sufrían.
En la medida en que la verdad de Dios llene nuestro corazón,
absorba nuestros afectos y rija nuestra vida, tendremos por gozo el
sufrir por la verdad. Ni las paredes de la cárcel, ni la hoguera del
martirio, podrán entonces dominarnos ni poner obstáculo a la gran
obra.
“Ven, oh alma mía, al Calvario.”
Observa la humilde vida del Hijo de Dios. El fué “varón de dolores,
experimentado en quebranto.”
Isaías 53:3
. Contempla su ignominia,
su agonía en el Getsemaní, y aprende lo que es abnegación. ¿Estamos
padeciendo necesidad? También la padeció Cristo, la Majestad del
cielo. Pero su pobreza era por causa nuestra. ¿Nos contamos entre
los ricos? Así se contaba él también. Pero consintió por causa nuestra
en hacerse pobre, para que por su pobreza pudiésemos ser hechos
ricos. En Cristo tenemos la abnegación ejemplificada. Su sacrificio
consistió no meramente en abandonar los atrios reales del cielo, en
ser juzgado por los hombres perversos como un criminal y declarado
culpable, en ser entregado a la muerte como malhechor, sino en
llevar el peso de los pecados del mundo. La vida de Cristo reprende
nuestra indiferencia y frialdad.
Estamos cerca del tiempo del fin, cuando Satanás ha bajado con
grande ira, sabiendo que le queda poco tiempo. Está trabajando con
todo engaño de injusticia en aquellos que perecen. Nuestro gran Jefe