Colaboradores de Cristo
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simplificar la verdad presente y hacerla intensamente interesante
para los intelectos activos de los niños.
Ciertos padres, a quienes no se puede alcanzar de otra manera,
con frecuencia son alcanzados por medio de sus hijos. Los maestros
de la escuela sabática pueden instruir a los niños en la verdad, y ellos,
a su vez, la llevarán al círculo de la familia. Pero pocos maestros
parecen comprender la importancia de este ramo de la obra. Los
métodos de enseñanza que se han adoptado con tanto éxito en las
escuelas fiscales pueden ser empleados con resultados similares en
las escuelas sabáticas, y ser el medio de atraer a los niños a Jesús
y de educarlos en la verdad bíblica. Esto hará mucho más bien que
la excitación religiosa de un carácter emotivo que se desvanece tan
rápidamente como se produce.
Se debe albergar el amor de Cristo. Se necesita más fe en la obra
que creemos ha de ser hecha antes de la venida de Cristo. Se debe
trabajar con más abnegación y sacrificio en la debida dirección. Debe
estudiarse con más reflexión y oración para saber cómo trabajar más
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ventajosamente. Deben madurarse planes cuidadosos. Hay entre
nosotros intelectos que pueden idear y ejecutar planes si tan sólo se
les da la oportunidad. Y los esfuerzos bien dirigidos e inteligentes
serán seguidos por grandes resultados.
Reuniones de oración interesantes
Las reuniones de oración deben ser los cultos más interesantes
que se tengan; pero con frecuencia son mal dirigidas. Muchos asisten
a la predicación, pero descuidan la reunión de oración. También en
este punto se requiere reflexión. Se debe pedir sabiduría a Dios, y
se deben hacer planes para dirigir las reuniones de manera que sean
interesantes y atrayentes. La gente tiene hambre del pan de vida. Si
lo encuentra en la reunión de oración, irá para recibirlo.
Las oraciones y los discursos largos y prosaicos no cuadran en
ningún lugar, pero mucho menos en la reunión de testimonios. Se
permite que los más osados y los que están siempre listos para hablar
impidan a los tímidos y retraídos que den su testimonio. Los más
superficiales son generalmente los que tienen más que decir. Sus
oraciones son largas y mecánicas. Cansan a los ángeles y a la gente
que los escucha. Las oraciones deben ser cortas y directas. Déjense