Página 44 - Joyas de los Testimonios 1 (1971)

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Joyas de los Testimonios 1
de las esposas de ministros, estorban el camino de los pecadores;
la sangre de estas almas manchará sus vestidos. Algunos de los
ministros han dado un testimonio enérgico respecto del deber y los
males de la iglesia; pero no han tenido el efecto debido porque sus
propias compañeras necesitaban el testimonio directo que se daba,
y la reprensión recayó sobre ellos mismos con gran peso. Estos
predicadores permiten que sus compañeras los afecten, los arrastren
hacia abajo y llenen su mente de prejuicio. Se sienten abatidos y
desalentados, y no comprenden que la verdadera fuente del mal está
muy cerca de ellos mismos, y así pierden su utilidad e influencia.
Las esposas como colaboradoras
Estas hermanas están estrechamente vinculadas con la obra de
Dios si es que él ha llamado a sus esposos a predicar la verdad
presente. Estos siervos, si verdaderamente son llamados por Dios,
sentirán la importancia de la verdad. Se colocarán entre los vivos y
los muertos, y velarán por las almas como quienes han de dar cuenta.
Solemne es su vocación y sus compañeras pueden ser para ellos
una gran bendición o una gran maldición. Pueden alentarlos cuando
están abatidos, consolarlos cuando están desanimados, y animarlos a
mirar hacia arriba y confiar plenamente en Dios cuando les falta la fe.
O pueden seguir una conducta opuesta; mirar el lado sombrío, pensar
que pasan por tiempos difíciles, y no ejercer fe en Dios, hablar de
sus pruebas e incredulidad con sus compañeros, albergar un espíritu
quejoso y murmurador, y ser un lastre y hasta una maldición para
ellos.
Vi que las esposas de los ministros deben ayudar a sus esposos
en sus labores, y cuidar muchísimo la influencia que ejercen; porque
hay quienes las observan y esperan más de ellas que de otros. Su
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indumentaria, su vida y conversación debieran ser un ejemplo que
tenga sabor de vida y no de muerte. Vi que deben asumir una actitud
humilde y mansa, aunque digna, sin dedicar su conversación a cosas
que no tienden a dirigir la mente hacia el cielo. Su gran pregunta debe
ser: “¿Cómo puedo salvar mi propia alma, y ser el medio de salvar
a otros?” Vi que Dios no acepta una obra tibia al respecto. Quiere
todo el corazón e interés, o nada. Su influencia se ejerce decidida e
inequívocamente en favor de la verdad o contra ella. Recogen con