La retención de los recursos
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obra? ¿Qué habría sucedido si nunca hubiese llegado al momento
en que dijo: “Consumado es”?
Juan 19:30
. ¿Qué hubiese sucedido
si hubiese regresado al cielo, desalentado por la recepción que se le
diera? ¿Qué habría sucedido si nunca hubiese pasado en el huerto de
Getsemaní por aquella agonía de alma que hizo brotar de sus poros
grandes gotas de sangre?
[473]
Al trabajar por la redención de la especie humana, Cristo sentía
la influencia de un amor sin parangón y de su devoción a la voluntad
del Padre. Trabajó para beneficio del hombre hasta en la misma hora
de su humillación. Pasó su vida en la pobreza y la abnegación por
causa del degradado pecador. En un mundo que le pertenecía, no
tuvo dónde reclinar la cabeza. Estamos recogiendo los frutos de su
infinito sacrificio; y sin embargo, cuando se ha de trabajar, cuando
se necesita nuestro dinero para ayudar en la obra del Redentor,
en la salvación de las almas, rehuímos el deber y rogamos que se
nos excuse. Una innoble pereza, una indiferencia negligente y un
perverso egoísmo cierran nuestros sentidos a las exigencias de Dios.
¡Oh! ¿debió Cristo, la Majestad del cielo, el Rey de gloria, lle-
var la pesada cruz y la corona de espinas, y beber la amarga copa,
mientras nosotros nos reclinamos cómodamente, glorificándonos
a nosotros mismos y olvidando las almas por cuya redención mu-
rió derramando su preciosa sangre? No; demos mientras está en
nuestro poder hacerlo. Obremos mientras tenemos fuerza. Traba-
jemos mientras es de día. Dediquemos nuestro tiempo y nuestros
recursos al servicio de Dios, para obtener su aprobación y recibir su
recompensa.
[474]