Página 464 - Joyas de los Testimonios 1 (1971)

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Joyas de los Testimonios 1
incrédulo. Cuando sus preocupaciones temporales parecen requerir
atención, Vd. viola el cuarto mandamiento sin compunción. Hace de
la observancia de la ley de Dios asunto de conveniencia, obedeciendo
o desobedeciendo según lo exijan sus negocios o su inclinación. Esto
no es honrar el sábado como institución sagrada. Vd. contrista al
Espíritu de Dios y deshonra a su Redentor al seguir esta conducta
temeraria.
La obediencia parcial no es aceptable
El Señor no acepta una observancia parcial de la ley del sábado,
y ella ejerce peor efecto sobre la mente de los pecadores que si
Vd. no profesara observar el sábado. Ellos perciben que su vida
contradice su creencia y pierden la fe en el cristianismo. El Señor
quiere decir precisamente lo que expresa, y el hombre no puede po-
ner impunemente a un lado sus mandamientos. El ejemplo de Adán
y Eva en el huerto nos amonesta suficientemente contra cualquier
desobediencia a la ley divina. El pecado que cometieron nuestros
primeros padres al escuchar las engañosas tentaciones del enemigo
atrajo la culpa y el pesar sobre el mundo, y obligó al Hijo de Dios a
abandonar las cortes reales del cielo y ocupar un humilde lugar en la
tierra. Se sometió a los insultos, al rechazamiento y a la crucifixión,
por parte de aquellos mismos a quienes venía a bendecir. ¡Qué costo
infinito acompañó a aquella desobediencia en el huerto de Edén!
La Majestad del cielo fué sacrificada para salvar al hombre de la
penalidad de su crimen.
Dios no pasará por alto ninguna transgresión de su ley, ni la
considerará con más ligereza ahora que en el día en que pronunció
el juicio contra Adán. El Salvador del mundo alza su voz y protesta
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contra aquellos que consideran los mandamientos divinos indiferen-
temente y con negligencia. El dice: “Cualquiera que infringiere uno
de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñare a los hombres,
muy pequeño será llamado en el reino de los cielos: mas cualquiera
que hiciere y enseñare, éste será llamado grande en el reino de los
cielos.”
Mateo 5:19
. La enseñanza de nuestra vida se hace sentir
completamente en favor de la verdad o contra ella. Si nuestras obras
parecen justificar al transgresor en su pecado, si nuestra influencia
resta importancia a la violación de los mandamientos de Dios, en-