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Joyas de los Testimonios 1
hermanos, o todos nosotros, guardar el sábado únicamente cuando
fuese conveniente hacerlo? La voz de Sinaí responde: “Seis días
trabajarás, y harás toda tu obra; mas el séptimo día será reposo para
Jehová tu Dios.”
Éxodo 20:9, 10
.
Las malas acciones perpetradas por los que creen en la verdad,
causan gran debilidad a la iglesia. Son piedras de tropiezo en el
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camino de los pecadores y les impiden venir a la luz. Hermano, Dios
lo llama a ponerse completamente de su lado y a dejar que sus obras
muestren que Vd. respeta sus preceptos y tiene por inviolable el
sábado. El le invita a despertar, reconocer su deber y ser fiel a las
responsabilidades que le incumben. Estas solemnes palabras le son
dirigidas: “Si retrajeres del sábado tu pie, de hacer tu voluntad en mi
día santo, y al sábado llamares delicias, santo, glorioso de Jehová;
y lo venerares, no haciendo tus caminos, ni buscando tu voluntad,
ni hablando tus palabras; entonces te deleitarás en Jehová; y yo te
haré subir sobre las alturas de la tierra, y te daré a comer la heredad
de Jacob tu padre: porque la boca de Jehová lo ha hablado.”
Isaías
58:13, 14
.
Como muchos de nuestros hermanos, Vd. se está enredando con
los transgresores de la ley de Dios, mirando los asuntos desde su
punto de vista y cayendo en sus errores. Dios visitará con sus juicios
a aquellos que profesan servirle y en realidad sirven a Mammón.
Los que desprecian la expresa orden del Señor para obtener ventajas
personales, están acumulando desgracias futuras sobre sí mismos.
La iglesia de *** debe inquirir detenidamente para ver si no ha
hecho del templo de Dios, como los judíos, un lugar de comercio.
Cristo dijo: “Mi casa, casa de oración será llamada, mas vosotros
cueva de ladrones la habéis hecho.”
Mateo 21:13
.
La edad no disculpa a nadie
¿No están muchos de los nuestros cayendo en el pecado de sa-
crificar su religión a la ganancia mundanal, conservando una forma
de piedad, y sin embargo, dedicando toda su mente a las ocupacio-
nes temporales? La ley de Dios debe ser considerada ante todo y
obedecida en el espíritu y en la letra. Si se considera livianamente
la Palabra de Dios, pronunciada con pavorosa solemnidad desde el
santo monte, ¿cómo se recibirán los testimonios de su Espíritu? Las