La preparación para la venida de Cristo
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adventistas; sin embargo, los siervos de Dios no deben callar. Las
señales predichas en la profecía se están cumpliendo rápidamen-
te en derredor nuestro. Esto debe inducir a todo aquel que sigue
verdaderamente a Cristo a actuar con celo.
Los que creen que deben predicar una fecha definida a fin de
hacer impresión sobre la gente, no actúan de acuerdo con el debido
punto de vista. Desde 1844, la fijación de una fecha no ha sido una
prueba, y no volverá a serlo. El Señor me ha mostrado que el men-
saje del tercer ángel debe progresar y proclamarse a los dispersos
hijos del Señor, pero que no ha de depender de una fecha. Vi que
algunos eran presa de un entusiasmo falso producido por la predi-
cación referente a fechas; pero el mensaje del tercer ángel es más
fuerte de lo que puede serlo el anunció de tales fechas. Vi que este
mensaje puede subsistir sobre su propio fundamento y no necesita
fechas para fortalecerse; que avanzará con gran poder, hará su obra
y será abreviado en justicia
Los sentimientos de los oyentes se
pueden conmover y despertarse sus temores; pero no obran basados
en buenos principios. Se crea excitación, y cuando pasa la fecha,
como ha sucedido repetidas veces, los que se conmovieron por la
proximidad de la misma, recaen en la frialdad, las tinieblas y el
pecado, y es casi imposible despertar su conciencia sin recurrir a
alguna gran excitación.
En el tiempo de Noé, los habitantes del mundo se burlaban de
lo que llamaban los temores y presentimientos supersticiosos del
predicador de la justicia. Se lo denunciaba como un visionario, faná-
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tico y alarmista. “Mas como los días de Noé, así será la venida del
Hijo del hombre.”
Mateo 24:37
. Los hombres rechazarán en nuestra
época el solemne mensaje de amonestación como lo rechazaron en
el tiempo de Noé. Se referirán a esos falsos maestros que predijeron
el acontecimiento y citaron la fecha definida, y dirán que no tienen
más fe en nuestra advertencia que en la de ellos. Tal es la actitud del
mundo hoy. La incredulidad está muy difundida y la predicación de
la venida de Cristo es asunto de burla y ridículo. Esto contribuye a
que sea tanto más esencial que los que creen en la verdad presente
manifiesten su fe por sus obras. Deben ser santificados por la verdad
Early Writings, 75 (1871)
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