La iglesia triunfar
Hasta el momento en que Cristo aparezca en las nubes de los
cielos con poder y grande gloria, los hombres se irán pervirtiendo en
espíritu y dejarán la verdad por las fábulas. La iglesia verá todavía
tiempos angustiosos. Profetizará vestida de saco. Pero, aunque debe
arrostrar herejías y persecuciones, aunque debe batallar con los
infieles y los apóstatas, por la ayuda de Dios está aplastando la
cabeza de Satanás. El Señor tendrá un pueblo tan leal como el acero
y de fe tan firme como el granito. Sus miembros han de ser sus
testigos en el mundo, instrumentos que han de realizar una obra
especial y gloriosa en el día de su preparación.
El mensaje del Evangelio no gana una sola alma para Cristo,
ni penetra en un solo corazón, sin herir la cabeza de Satanás. Cada
vez que se le arrebata un cautivo y éste queda libre de su opresión,
se derrota al tirano. Las casas editoras y las prensas son instru-
mentos en las manos de Dios para enviar a toda lengua y nación
la preciosa luz de la verdad. Esta llega hasta los países paganos, y
abre constantemente brechas en todas las supersticiones y errores
concebibles.
Los ministros que han predicado la verdad con todo celo y fervor
pueden apostatar y unirse a las filas de nuestros enemigos; acaso
¿transforma esto la verdad de Dios en mentira? “Pero—dice el
apóstol—el fundamento de Dios está firme.”
2 Timoteo 2:19
. Pueden
cambiar la fe y los sentimientos de los hombres; pero nunca la
verdad de Dios. Se está proclamando el mensaje del tercer ángel; es
infalible.
Nadie puede servir a Dios sin unir contra sí a los malos hombres
y los malos ángeles. Los malos espíritus serán enviados a perseguir
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a toda alma que procure unirse a las filas de Cristo; pues Satanás
desea recuperar la presa que le fué arrebatada. Los hombres malos se
rendirán ante grandes engaños, creerán en ellos y se perderán. Estos
Testimonios para la Iglesia 4:594-596 (1881)
. (Del cap. “Las sociedades de publica-
ciones.”)
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