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Joyas de los Testimonios 1
hombres se cubrirán con vestiduras de sinceridad, y engañarán, si
fuese posible, a los mismos escogidos.
Certidumbre de la verdad
Es tan cierto que tenemos la verdad como que Dios vive; y Sata-
nás, con todas sus artes y todo su poder infernal, no puede cambiar
la verdad de Dios en mentira. Aunque el gran adversario procurará
anular hasta lo sumo la Palabra de Dios, la verdad fulgurará como
una lámpara encendida.
El Señor nos ha elegido, y nos ha hecho objetos de su miseri-
cordia maravillosa. ¿Nos dejaremos hechizar por las charlas de los
apóstatas? ¿Nos colocaremos de parte de Satanás y de su hueste?
¿Nos uniremos con los transgresores de la ley de Dios? Sea más bien
nuestra oración: “Señor, pon enemistad entre mí y la serpiente.” Si
no estamos en enemistad con sus obras tenebrosas, nos circuyen sus
poderosos repliegues y su dardo está listo para penetrar en cualquier
momento hasta nuestro corazón. Debemos tenerla por enemigo mor-
tal. Debemos oponernos a ella en nombre de Cristo. Nuestra obra es
seguir adelante. Debemos defender cada pulgada del terreno. Que
todos los que llevan el nombre de Cristo se revistan de la armadura
de justicia.
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