Página 559 - Joyas de los Testimonios 1 (1971)

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La sencillez en el vestir
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de Dios. Porque así también se ataviaban en el tiempo antiguo
aquellas santas mujeres que esperaban en Dios.”
1 Pedro 3:3, 4, 5
.
Todo lo que recomendamos es que se cumplan las órdenes de la
Palabra de Dios. ¿Leemos y seguimos las enseñanzas de la Biblia?
¿Obedeceremos a Dios o nos conformaremos con las costumbres
del mundo? ¿Serviremos a Dios o a Mammón? ¿Podemos esperar
tener la paz del espíritu y la aprobación de Dios mientras andamos
en forma directamente contraria a las enseñanzas de su Palabra?
El apóstol Pablo exhorta a los cristianos a no conformarse con el
mundo, sino a transformarse por la renovación de su entendimiento
para que experimenten “cuál sea la buena voluntad de Dios, agra-
dable y perfecta.”
Romanos 12:2
. Pero muchos de los que profesan
ser hijos de Dios no manifiestan escrúpulos al conformarse a las
costumbres del mundo en lo que se refiere a llevar oro, perlas y
atavíos costosos. Los que son demasiado concienzudos para llevar
estas cosas son considerados como de mente estrecha, supersticiosos
y hasta fanáticos. Pero es Dios quien condesciende a darnos estas
instrucciones; son las declaraciones de la Sabiduría infinita; y quie-
nes las desprecian lo hacen a su propio riesgo y pérdida. Los que se
aferran a los adornos prohibidos en la Palabra de Dios, conservan
orgullo y vanidad en su corazón. Desean atraer la atención. Su ves-
tido dice: “Miradme; admiradme.” Así, la complacencia aumenta
constantemente la vanidad inherente a la naturaleza humana. Cuan-
do la mente piensa sólo en agradar a Dios, desaparecen todos los
embellecimientos inútiles de la persona.
El apóstol pone el adorno exterior en contraste directo con un
espíritu manso y humilde, y luego atestigua el valor comparativo de
este último, “ Lo cual es de grande estima delante de Dios.” Hay una
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contradicción decidida entre el amor al atavío externo y la gracia de
la mansedumbre, el espíritu apacible. Únicamente si buscamos en
todas las cosas amoldarnos a la voluntad de Dios reinará en el alma
la paz y el gozo.
El amor al vestido hace peligrar la moralidad, y hace de la mujer
lo contrario de una dama cristiana, caracterizada por la modestia y
la sobriedad. ...
Cristo queda avergonzado por los que profesan seguirle. ¿En
qué se le parecen? ¿En qué se conforma nuestra indumentaria con
los requerimientos bíblicos? No quiero que los pecados de la gente